
En vísperas de la elección del Papa 267, la Iglesia Católica vive días de oración, esperanza y expectativa, según expresó el sacerdote potosino Juan Jesús Priego Rivera, rector del Pontificio Colegio Mexicano en Roma, quien comparte desde el corazón del Vaticano el ambiente que se respira en torno al cónclave.
En entrevista para Código San Luis, el también exvocero del Arzobispado potosino relató que la Plaza de San Pedro ha congregado a miles de fieles y medios de comunicación del mundo, todos atentos a la señal que anunciará al nuevo líder de la Iglesia universal: la esperada fumata blanca.
“Hay mucha actividad, sobre todo comunicativa. La gente en Roma ora y espera con alegría al nuevo Papa, que además será su obispo”, comentó el sacerdote, quien ha tenido cercanía con cardenales y figuras eclesiásticas relevantes durante este proceso.
Priego reconoció que la muerte del Papa Francisco, ocurrida el pasado 21 de abril, aunque no completamente sorpresiva dada su frágil salud, dejó un ambiente de incertidumbre en sus últimos meses. Sin embargo, resaltó que su pontificado fue clave para hacer más inclusiva a la Iglesia, al dar voz y visibilidad a comunidades históricamente marginadas, como las de Asia y África.
Respecto a la elección del nuevo pontífice, el rector explicó que son 133 los cardenales con derecho a voto y todos elegibles, incluidos dos mexicanos. Aunque consideró improbable que los favoritos sean electos –siguiendo una tradición histórica de sorpresas–, no descartó la posibilidad de un Papa latinoamericano, asiático o incluso mexicano.
“El que va a ser Papa lo sabe Dios. A veces los que menos imaginamos terminan siendo elegidos. No se trata de un cargo de poder, sino de una cruz pesada que nadie busca”, comentó, al referirse al profundo sentido espiritual y la responsabilidad de guiar a más de 2 mil millones de católicos en el mundo.
Sobre la duración del cónclave, consideró que el anuncio podría darse entre el viernes y sábado, aunque recordó que procesos anteriores han requerido varias rondas de votación. “No hay división, pero sí es más difícil porque ahora hay más cardenales de más países, y muchos no se conocen entre sí”, explicó.
Finalmente, entre anécdotas y recuerdos de su cercanía con el Papa Francisco, a quien incluso llegó a regalar dulces potosinos, el padre Priego concluyó con un mensaje de fe:
“Dios elige a la persona indicada en el momento indicado de la historia.”
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