
Hasta 350 mil pesos cobran los hospitales privados de San Luis Potosí por recibir a un paciente sospechoso de covid-19, según denuncian las familias de los afectados quienes han tenido que buscar por todos lados o dehacerse de sus pertenencias para que les consigan una cama en estos centros médicos, sin embargo, una vez que ingresan se topan con un escenario toda más más desalentador pues el servicio es altamente deficiente.
Un aterrador calvario sufrió la esposa de un paciente de covid-19 que, pese a tener signos de alarma, no fue atendido de manera oportuna. Según narra, acudió a un famoso hospital privado ubicado en la calle de Arista, casi esquina con Uresti, en la capital potosina, en donde suplicó por atención médica, sin embargo, le informaron que, independientemente de los gastos que se pudieran generar por el servicio, debía entregar, de inicio, la cantidad de 350 mil pesos en efectivo, no le aceptaron tarjetas de crédito, débito, pagarés ni cualquier otra modalidad.
Como pudo, reunió el dinero logró que su esposo ingresara al nosocomio, pero al estar dentro e informarle los detalles de su estado de salud, le explicaron que no podrían realizarle todos los estudios ya que no contaban ni con el personal ni el equipo necesario. Como ejemplo, menciona que su esposo requería una tomografía, sin embargo, el tomógrafo estaba descompuesto.
Un caso similar ocurrió en un hospital ubicado al poniente de la capital potosina en donde, a la familia del paciente le informaron que los tratamientos y la atención médica no sería cubierta por ningún tipo de seguro además de que, al ingreso, también se tuvo que depositar una importante cantidad de dinero a fin de que les permitieran acceder al servicio.
Este tipo de situaciones, explican, se registran sin importar si los hospitales tienen o no capacidad, espacio o personal, aseguran que este tipo de hechos representan un verdadero abuso pues no se trata de cuestiones justificadas sino que pareciera ser el medio para que los empresarios del gremio de la salud puedan sacarle más dinero a la gente a costa de la pandemia, además de que, como explican, una vez dentro no les garantizan una atención o un servicio de calidad.