Unos dos mil 500 policías y soldados brasileños realizaron ayer una operación contra la banda Comando Vermelho en las favelas de Complexo de Alemão y Penha, en Río de Janeiro, que dejó al menos 64 presuntos delincuentes muertos y 81 arrestados, además de la incautación de 75 rifles y grandes cantidades de drogas, informó el gobierno estatal.
La redada, considerada la mayor en la historia de la ciudad, involucró helicópteros, vehículos blindados y generó intensos tiroteos que causaron un número no confirmado de heridos. Según testigos, también hubo al menos dos policías entre los cuerpos trasladados a hospitales, aunque las autoridades no lo habían confirmado al cierre de la edición.
César Muñoz, de Human Rights Watch, calificó la operación como «una gran tragedia» y pidió que el Ministerio Público investigue cada muerte. Imágenes en redes sociales mostraron fuego y humo en las favelas, mientras que 46 escuelas cerraron y la Universidad Federal de Río de Janeiro suspendió clases nocturnas.
Miembros de la banda bloquearon carreteras y tomaron al menos 50 camiones en respuesta al operativo. La policía afirmó que la operación fue resultado de un año de investigación sobre el grupo criminal, que ha expandido su control en las favelas en los últimos años.
Analistas señalan que, aunque la magnitud de la redada es histórica, este tipo de operativos suele centrarse en subordinados y no en cabecillas, lo que limita su efectividad a largo plazo.
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