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Hallan en Turquía restos de un «bulldog» de hace 2 mil años

Determinó que el perro presentaba un alto grado de braquicefalia y un tamaño comparable al de un pequinés moderno

Un descubrimiento arqueológico en Turquía ha revelado que los antiguos romanos ya criaban perros de cara plana, similares a los bulldogs o pugs actuales, como animales de compañía. Los restos pertenecen a un pequeño can braquicéfalo hallado en una tumba romana de aproximadamente 2 mil años de antigüedad en la antigua necrópolis de Tralleis, cerca de la actual ciudad de Aydın.

El hallazgo, publicado en 2024 en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, corresponde a un perro enterrado junto a un adulto humano, probablemente su dueño. De acuerdo con los investigadores, el animal fue colocado cuidadosamente de lado, en una posición similar a la del difunto, lo que sugiere un vínculo afectivo y una posible práctica ritual.

El análisis del cráneo y la mandíbula, realizado por un equipo liderado por el zooarqueólogo Vedat Onar, determinó que el perro presentaba un alto grado de braquicefalia y un tamaño comparable al de un pequinés moderno, con rasgos semejantes a los de un bulldog francés. Se trata de uno de los ejemplos más antiguos conocidos de este tipo de perros, junto con otro cráneo hallado en Pompeya.

A diferencia de la mayoría de los perros romanos, utilizados para la caza o la vigilancia, este ejemplar no presenta lesiones óseas ni signos de trabajo físico intenso. Además, el desgaste dental sugiere una dieta blanda, lo que refuerza la hipótesis de que se trataba de una mascota doméstica, conocida en la época como catella o perro faldero.

El hallazgo aporta nuevas evidencias sobre la relación entre humanos y animales en la antigüedad, así como sobre las primeras prácticas de selección artificial en perros, siglos antes de la estandarización de las razas modernas.

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