
En su andar por el poder, Ricardo Gallardo Cardona y Enrique Galindo ganaron en 2021 la gubernatura del Estado y la presidencia municipal de la capital. Los grupos de poder fáctico de San Luis Potosí hicieron todo para que perdieran, pero ambos jugaron más inteligente que sus adversarios.
De pronto, hace cuatro años, los oligarcas potosinos se encontraron con una doble derrota: Xavier Nava Palacios perdió la reelección como alcalde de la capital, postulado por Morena, y Octavio Pedroza sufrió una dolorosa derrota como abanderado del PRIAN a manos de Gallardo Cardona, candidato del Partido Verde.
Galindo y Gallardo pactaron, de inicio, trabajar duro. El gobernador recibió un estado arruinado por los priistas Fernando Toranzo y Juan Manuel Carreras; el alcalde, una administración saqueada por los navistas y una ciudad destrozada.
La rivalidad entre los alcaldes capitalinos y los gobernadores en San Luis Potosí es histórica, pero Galindo y Gallardo se entendieron muy bien desde el principio; incluso compartían reuniones familiares. Sin embargo, más pronto que tarde cayeron en la inquina de sus colaboradores y de los otrora poderosos del pueblo: los señores del dinero.
Aguas del Poniente fue el tema que se convirtió en el punto de quiebre entre el gobernador verde y el alcalde prianista. Aunque resolvieron sus diferencias, a lo largo de cuatro años han hecho públicos los baches de su relación.
Tanto en el Gobierno como en el Ayuntamiento se dieron a la tarea de crear perfiles en redes sociales y páginas web usurpando labores periodísticas. Esas identidades, a estas alturas, son identificadas por cualquiera que tenga tres dedos de frente.
El último año ha sido tortuoso: acusaciones mutuas, señalamientos por campañas negras y la aparición, en el río revuelto, de perfiles como el del huasteco Gerardo Sánchez Zumaya, a quien se atribuye una descomunal riqueza amasada en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como presunto prestanombres del vilipendiado senador Adán Augusto López y socio de los hijos del exmandatario.
El último encontronazo entre los equipos galindistas y gallardistas fue la coordinación para mantener en orden el desarrollo de la Fenapo; el manejo del supuesto hallazgo de un centro de espionaje en el residencial Club La Loma, cuyo afectado vive un tormentoso divorcio que escaló hasta la FGR, y el boicot de la alcaldesa de Villa de Zaragoza, Amada Zavala, a la carrera Nascar en su décima fecha.
No sé quién buscó a quién, pero creo que ambos han decidido quitar a los intermediarios, que son quienes, en afán de quedar bien con ellos, le echan mucha crema a sus tacos para mantener cierta capacidad de manipulación mintiendo o distorsionando las posiciones institucionales.
Galindo y Gallardo se han dado otra oportunidad para trabajar en armonía, conociendo ambos sus alcances y aspiraciones.
En alguna ocasión, el gobernador me platicó que Galindo le había roto el corazón. Al preguntarle la razón, me confió que, en los albores de sus administraciones, le propuso trabajar duro para transformar San Luis Potosí y evaluar la posibilidad de construir proyectos aunque fueran paralelos.
Galindo le dijo al gobernador que lo pensaría, pero jamás le dio respuesta; en su lugar hubo malos entendidos, ataques y choques en redes sociales.
Cierto es que, de ambos lados, se han dado sus cates, pero todo indica que los dos han pensado bien las cosas y van a transitar en comunicación directa.
Que esta nueva era de paz dure y que, cuando lleguen los momentos políticos, se conduzcan con probidad y respeto.
P.D.1.– Cuentan que el exgobernador Fernando Toranzo (el más corrupto de la historia) se queja de que está muy pobre y lanza maldiciones contra el extinto Cándido Ochoa Rojas, su poderoso secretario general de Gobierno, al que culpa de quedarse con todo lo que se robaron. ¡Ah, qué doctorcito! Aún tiene la opción de regresar con su ex, ella sí quedó bien pesudota. ¡Upsi!
P.D.2.– Parece que a las autoridades de todos los niveles les interesa que el tema del cártel inmobiliario pase a la historia y se olvide, pero se van a topar con un abogado muy audaz como es Marco Barrera. Esperen noticias.
P.D.3.– El empresario Francisco Xavier N., acusado de tener un centro de espionaje en el residencial Club de Golf La Loma, detenido el 1 de agosto y liberado dos días después, alista sendas demandas contra quienes publicaron la especie dando por hecho la existencia del búnker. Lo cierto es que el hombre enfrenta un divorcio tormentoso. Algunas versiones dicen que forma parte de la cadena de socios del senador Adán Augusto López.
P.D.4.– Dicen los que saben que el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, trae algunos ojos y bocas infiltrados en terrenos potosinos. Hace semanas amenazaron con reventar los puntos de venta de droga ubicados en antros fifí y clubes deportivos, pero no vemos claro.
Hasta la próxima.