Con la llegada de las bajas temperaturas, muchas personas experimentan dolores musculares, rigidez o incomodidad en las articulaciones, especialmente al despertar o después de estar en reposo por mucho tiempo. Aunque suele pensarse que esto solo afecta a personas mayores, la realidad es que el frío puede causar molestias musculares en personas de cualquier edad, especialmente si hay predisposición o antecedentes de lesiones.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando hace frío?
Cuando la temperatura ambiental desciende, el cuerpo humano reacciona contrayendo los vasos sanguíneos para conservar el calor. Este proceso, llamado vasoconstricción, reduce la circulación en músculos y articulaciones, lo que puede provocar rigidez, disminución de la elasticidad muscular y dolor.
Además, el frío provoca que los músculos se mantengan en una especie de tensión constante, como una forma de protección natural. Esta tensión sostenida puede causar espasmos, calambres o sensación de pesadez en ciertas zonas del cuerpo, sobre todo en cuello, hombros, espalda baja y piernas.
Aumenta la sensibilidad al dolor
Diversos estudios han demostrado que en climas fríos las personas pueden ser más sensibles al dolor, sobre todo si padecen enfermedades como artritis, fibromialgia o lesiones previas. El frío también puede hacer que el cuerpo se mueva menos, lo que reduce la producción de endorfinas, hormonas que actúan como analgésicos naturales.
¿Cómo prevenir las molestias musculares por frío?
Algunas recomendaciones para reducir estos síntomas incluyen:
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Mantener el cuerpo abrigado, especialmente las zonas más sensibles.
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Realizar estiramientos o ejercicios suaves por la mañana y antes de dormir.
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Evitar el sedentarismo prolongado y moverse cada cierto tiempo, incluso en interiores.
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Aplicar compresas tibias en áreas doloridas.
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Mantenerse bien hidratado, ya que el frío también puede reducir la sensación de sed.
Si el dolor es constante, se intensifica o impide realizar actividades cotidianas, es importante consultar a un profesional de la salud para descartar problemas musculares o articulares más serios.
El frío no solo afecta el clima exterior, también impacta el funcionamiento del cuerpo. Entender cómo reacciona el organismo ayuda a cuidarse mejor durante los meses de invierno.
