
Los frijoles, presentes en la dieta cotidiana de millones de familias mexicanas, no solo son un alimento tradicional, también representan una fuente importante de nutrientes que contribuyen al bienestar general. Especialistas en nutrición destacan que este grano aporta proteínas, fibra y minerales esenciales que fortalecen el organismo y previenen enfermedades.
Entre sus principales beneficios se encuentra su alto contenido de fibra, que mejora la digestión, ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y favorece la salud cardiovascular. Asimismo, los frijoles contienen antioxidantes que protegen las células del daño causado por radicales libres.
En cuanto a proteínas, este alimento resulta una alternativa accesible frente a la carne, especialmente para quienes llevan dietas vegetarianas o buscan reducir el consumo de productos de origen animal. Combinados con cereales como el maíz o el arroz, ofrecen un perfil proteico completo.
Su aporte en hierro y ácido fólico también los convierte en aliados contra la anemia, además de que contienen magnesio y potasio, minerales clave para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular.
Además de sus beneficios nutricionales, los frijoles tienen la ventaja de ser económicos, versátiles en la cocina y parte fundamental de la identidad gastronómica mexicana, lo que refuerza su importancia cultural y alimentaria.