San Luis Potosí deberá operar con una reducción significativa en los recursos federales asignados al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), instrumento encargado de cubrir sueldos y prestaciones del personal estatal de salud y del IMSS-Bienestar. La Secretaría de Salud confirmó que el ajuste representa una disminución de aproximadamente 53 por ciento para la entidad.
Este recorte no es exclusivo del estado, sino que forma parte de una modificación aplicada a todas las entidades que firmaron el convenio de transición hacia el modelo IMSS-Bienestar. Aunque el FASSA fue reducido, los recursos no desaparecieron: ahora se concentran en una bolsa administrada directamente por la Federación, desde donde se definirá su uso.
La Secretaría de Salud estatal ha iniciado reuniones con autoridades federales para conocer la forma en que se redistribuirán estos fondos y para garantizar el pago a los trabajadores que continúan prestando servicios en centros de salud y hospitales. Parte del personal ya fue incorporado formalmente al IMSS-Bienestar, mientras que otro grupo permanece comisionado, situación que podría explicar el cambio en la asignación presupuestal.
La dependencia confirmó que los inmuebles y la operación hospitalaria ya están bajo control del IMSS-Bienestar. El personal pendiente de incorporación deberá completar su transición mediante acuerdos entre la Federación y el sindicato correspondiente.
Las autoridades estatales esperan que la Federación determine con claridad el destino de los recursos centralizados y aseguran que el objetivo principal es evitar riesgos en el pago de nómina y en la continuidad de los servicios médicos en San Luis Potosí.
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