
San Luis Potosí, SLP.- En el marco del Jubileo de la Familia, el arzobispo de San Luis Potosí, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, destacó la importancia de fortalecer el núcleo familiar como base para la paz, la educación en valores y la salud emocional de las personas. Durante su mensaje dominical, subrayó que la familia no solo es la primera escuela de vida, sino también un espacio insustituible de afecto, formación y reconciliación.
El arzobispo señaló que el seno familiar es el lugar donde se forman buenos ciudadanos, personas con valores y cristianos comprometidos, y por ello es fundamental dedicar tiempo, atención y amor al interior del hogar. En su mensaje, invitó a las familias a reencontrarse, convivir y orar juntas, recordando que la fe compartida y los momentos simples como una comida o una caminata pueden fortalecer profundamente los vínculos.
Reconoció que en muchas familias existen tensiones o rupturas, pero afirmó que los conflictos económicos, de salud o desacuerdos no deben tener la última palabra. En ese sentido, llamó a todos los integrantes del hogar, sin importar la edad o condición, a promover el diálogo y la restauración de los lazos afectivos. Resaltó que incluso los más jóvenes pueden ser agentes de reconciliación y aprendizaje dentro de la familia.

Padres y abuelos deben convivir con hijos y nietos
Asimismo, destacó la importancia de la convivencia intergeneracional y la necesidad de que los padres y abuelos participen activamente en la vida de sus hijos y nietos, fomentando una educación que vaya más allá de lo académico y que abarque la formación humana y espiritual.
Cavazos Arizpe también hizo un llamado a vivir la espiritualidad desde el ejemplo del Sagrado Corazón de Jesús, y anunció la celebración solemne dedicada a esta devoción el próximo 27 de junio. En el contexto del año jubilar, también se refirió a la ordenación de sacerdotes potosinos en Roma, anunciando que el 8 de julio se celebrará una misa especial en la catedral para recibirlos y reconocer su vocación.
Finalmente, abordó temas relacionados con el cuidado del medio ambiente y el respeto hacia los animales, reiterando que el maltrato hacia la creación refleja un deterioro más profundo en la relación del ser humano con Dios y consigo mismo. Condenó toda forma de crueldad y llamó a que el trato digno comience desde el hogar.
El arzobispo concluyó exhortando a cada persona a redescubrir la riqueza de la vida familiar, asumir su responsabilidad en su fortalecimiento y dejar espacio a Dios en el corazón del hogar.
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