
A orillas del mítico lago que lleva su nombre, Pátzcuaro celebra 23 años de haber sido nombrado Pueblo Mágico, reafirmando su lugar como uno de los destinos más emblemáticos de México por su historia, arquitectura y profundo vínculo con las tradiciones ancestrales.
Fundada alrededor del año 1300 por la cultura purépecha también conocida como tarasca, esta ciudad fue uno de los primeros asentamientos importantes de dicha civilización. Su nombre, que en lengua purépecha significa “la puerta del cielo”, refleja su carácter sagrado: se creía que era un punto de ascenso y descenso para las deidades.
Hoy, Pátzcuaro conserva ese aire místico que invita a viajar en el tiempo. Sus calles empedradas, sus templos antiguos y su arquitectura colonial como la imponente Plaza Vasco de Quiroga, considerada una joya del urbanismo virreinal son testimonio vivo de una rica herencia cultural que resiste al paso de los siglos.

La ciudad es reconocida internacionalmente por ser uno de los centros más representativos del Día de Muertos, una tradición profundamente arraigada en la cosmovisión purépecha. Durante esta festividad, el lago y las islas cercanas como Janitzio se transforman en escenarios de una celebración única que honra la vida a través del recuerdo.
A 23 años de su nombramiento como Pueblo Mágico, Pátzcuaro es unj orgullo michoacano que conecta a México con sus raíces más profundas. Su belleza, espiritualidad y legado lo consolidan como un destino imperdible para quienes buscan comprender la identidad cultural del país.
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