
¿Alguna vez has sentido que se te eriza el vello o el cabello al estar al aire libre bajo un cielo tormentoso? Esta sensación podría ser más que una simple reacción al miedo: es una advertencia natural de que un rayo podría caer cerca.
Durante una tormenta eléctrica, las nubes generan cargas eléctricas debido al choque entre partículas de hielo. Las cargas positivas ascienden a la parte superior de la nube, mientras que las negativas se acumulan en la parte inferior. Este desequilibrio no solo afecta al cielo, también influye en el suelo, haciendo que objetos altos como árboles, postes o incluso personas se carguen positivamente, preparándose para cerrar el circuito eléctrico en caso de que el campo alcance un nivel crítico. Es en ese momento cuando puede producirse un rayo.
La Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (AEAFMA) explica que si sientes el cabello erizado, cosquilleos en la piel, zumbidos en objetos metálicos o ves pequeñas chispas, significa que el aire se ha vuelto conductor y el impacto de un rayo es inminente. En estas circunstancias, buscar refugio de inmediato puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) recomienda resguardarse tan pronto como se aproxime una tormenta. Si no hay refugio cercano, AEAFMA sugiere agacharse, minimizar el contacto con el suelo y alejarse de objetos metálicos o puntiagudos.
Medidas de prevención ante tormentas eléctricas:
- No permanezcas en espacios abiertos
- Aléjate de árboles, postes, torres y objetos altos
- Evita el uso de paraguas, bastones y otros objetos metálicos
- Si estás en un vehículo, quédate dentro con las ventanas cerradas
- Desconecta aparatos eléctricos y evita usar teléfonos con cable
Los rayos pueden ser mortales, pero con precaución y atención a estas señales naturales, es posible mantenerse a salvo durante una tormenta.