
Las intensas olas de calor que afectan a diversas regiones de México no solo provocan incomodidad, sino que también representan un riesgo serio para la salud. De acuerdo con la Secretaría de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición prolongada a altas temperaturas, como las que se viven durante el verano y en la temporada de la Canícula, puede desencadenar enfermedades potencialmente mortales si no se atienden a tiempo.
1. Golpe de calor: Es la afección más peligrosa relacionada con el calor. Ocurre cuando el cuerpo pierde su capacidad para regular la temperatura y esta supera los 40 °C. Según el IMSS, sus síntomas incluyen mareo, fiebre elevada, enrojecimiento de la piel, comportamiento inadecuado, sudoración que desaparece repentinamente, ritmo cardíaco acelerado, dolor de cabeza y convulsiones. Esta condición requiere atención médica inmediata.
2. Deshidratación: Se presenta cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que consume, situación común durante temperaturas extremas. Sus síntomas son sed intensa, boca seca, fatiga y orina escasa u oscura. La recomendación es beber agua frecuentemente, incluso sin tener sed, especialmente en niños, personas mayores y quienes padecen enfermedades crónicas.
3. Calambres por calor: Estos espasmos musculares dolorosos afectan principalmente a quienes realizan actividades físicas bajo el sol. Son causados por la pérdida de sales minerales a través del sudor. Se recomienda descansar, hidratarse con jugos claros o bebidas con electrolitos, estirar los músculos afectados y evitar esfuerzos físicos por varias horas tras los calambres.
4. Agotamiento por calor: Esta afección ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta y presenta síntomas como sudoración excesiva, piel húmeda, mareos, desmayos, calambres musculares, náuseas y pulso débil. Es clave enfriar el cuerpo de inmediato y acudir al médico si los síntomas persisten.
5. Quemaduras solares: Son lesiones en la piel causadas por exposición prolongada al sol. Se manifiestan como enrojecimiento, inflamación, dolor y sensación de calor en la piel. Pueden prevenirse usando protector solar, ropa ligera y evitando la exposición directa al sol entre las 11:00 y las 16:00 horas.
Ante cualquier signo de estas enfermedades, lo mejor es actuar de inmediato. La prevención, hidratación constante y el resguardo en lugares frescos pueden hacer la diferencia entre un golpe de calor y una jornada segura.