La actriz mexicana Yalitza Aparicio compartió con sus seguidores en redes sociales su primera columna para el New York Times. En su colaboración con el periódico, escribió sobre el racismo en México y como el país podría ser menos discriminatorio.
El título del artículo es “En México, ‘Roma’ encendió un fuego por los derechos de los trabajadores” y fue incluido en la colección “The Big Ideas” del conocido medio, en donde han escrito otros artistas, escritores y pensadores que discuten la importancia del arte en el mundo actualmente.
En su artículo, escribe que, tras ser nominada a los Premios Óscar, por su interpretación de ‘Cleo’ en la película Roma de Alfonso Cuarón, fue víctima de burlas y comentarios racistas, principalmente dirigidas a sus raíces indígenas. Una mujer indígena no era una representante digna del país, dijeron algunos. Fue difícil para mí ver y escuchar este tipo de declaraciones”, acepta.
Sin embargo, los cientos de comentarios en su contra sirvieron para que Yalitza pusiera en el centro de la conversación los problemas reales: los derechos de los trabajadores y la discriminación.
Maestra de profesión, Aparicio Martínez asegura que nunca pensó que una película por sí sola pudiera provocar conciencia social y cambio, pero el debutar como actriz le llevó a apreciar la importancia del arte.
“El arte arroja luz sobre los temas urgentes, necesarios y a veces dolorosos que no siempre son fáciles de abordar porque nosotros como sociedad no hemos sido capaces de resolverlos. El arte pone al mismo modo nuestra brutal realidad—una realidad compleja, diversa y a menudo injusta—, pero también nos presenta la increíble oportunidad de dar voz a lo inaudito y visibilidad a lo invisible.”
La trama de las empleadas domésticas en la película Roma supuso un parteaguas en México en cuanto a cambio social, porque meses después de los Premios de la Academia, el Congreso aprobó por unanimidad dotar de derechos laborales a las personas trabajadoras del hogar.
Así pues, se hicieron acreedoras a tener un contrato de trabajo escrito, vacaciones pagadas, bonos y días libres. Y más allá de México, la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas de Estados Unidos convocó a la creación de una carta nacional de derechos para el gremio en dicho país.
La actriz, convertida en activista, relató que su personaje en Roma tuvo un efecto muy profundo en su vida que la llevó a encaminarse en apoyar las causas sociales de los trabajadores domésticos para mejorar las condiciones en México, defender la igualdad de género y promover la diversidad.
“Estoy tratando de construir un mundo mejor, uno en el que no seamos juzgados por nuestra apariencia o mecanografiados para ciertos roles, y donde no estamos limitados por lo que vemos, leemos u oímos”, indica.
En este sentido, añade, el que las personas de origen indígena no se vean representadas en la industria cinematográfica o los medios de comunicación no debe desanimar, por el contrario, debe servir para exigir representación.
El papel de Cleo, y el cine en general, han proporcionado un escaparate para que muchas personas sean escuchadas, vistas y valoradas. Este es un primer paso para hacer que el resto de la sociedad sea consciente de la importancia de unirse a la lucha para crear un mundo más diverso e inclusivo. Esto —nada más, nada menos— es la importancia del arte”, finaliza.
