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Empresarios potosinos terminan en el bote tras agredir a policía en San Miguel de Allende

Los mirreyes cincuentones se pasaron de copas y armaron un zafarrancho; el alcalde los tachó de "nacos"

Lo que inició como una noche de copas, excesos y diversión en uno de los destinos turísticos más exclusivos del país terminó en detenciones, golpes, un policía lesionado y declaraciones por demás polémicas que pegaron en el ego de los potosinos.

Cuatro hombres de, aproximadamente 50 años, identificados como boyantes empresarios originarios de San Luis Potosí, fueron detenidas en San Miguel de Allende, Guanajuato, luego de protagonizar una riña en las inmediaciones del jardín principal del Pueblo Mágico, que se salió de control y derivó en una agresión directa contra elementos de la policía municipal.

De acuerdo con los reportes oficiales, los hechos ocurrieron tras una discusión dentro de un establecimiento, misma que continuó en la vía pública. Al intervenir los agentes para contener el altercado, uno de los policías fue golpeado en el pómulo con un vaso, lo que motivó la detención inmediata de los involucrados y su puesta a disposición del Ministerio Público.

Los detenidos, identificados como Rodrigo, Ricardo Antonio, Israel, Javier Enrique y Rafael, fueron señalados por agredir a la autoridad, demostrando que, al menos esa noche, la solvencia económica no fue suficiente para comprar prudencia, ni sobriedad, ni inmunidad.

Las autoridades confirmaron que los implicados permanecieron detenidos mientras se definía su situación legal y la posible reparación del daño al elemento policial lesionado.

Si el incidente ya había llamado la atención, las declaraciones del alcalde de San Miguel de Allende, Mauricio Trejo Pureco, terminaron de encender la conversación pública. Sin rodeos, el edil calificó a los empresarios detenidos como “nacos”, aclarando que el término no hacía referencia a su vestimenta o condición económica, sino a su comportamiento prepotente y violento.

“Lo naco no está en cómo te vistes, sino en cómo te comportas”, sentenció el alcalde, defendiendo el actuar de la policía y subrayando que, en San Miguel de Allende, no se toleran abusos, agresiones ni actitudes de superioridad, vengan de quien vengan.

Las palabras del alcalde no pasaron desapercibidas. Mientras algunos ciudadanos aplaudieron la postura firme y celebraron que nadie esté por encima de la ley, otros cuestionaron el uso de un término despectivo desde una investidura pública, señalando que el lenguaje también comunica y construye institucionalidad.

Seguiremos informando.

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