
Cynthia N., empleada de la Dirección de Pensiones del Gobierno del Estado, de manera inconsciente, violentó las disposiciones sanitarias que obligan a toda persona que tuvo contacto con algún paciente infectado de coronavirus o que haya estado en alguna zona de riesgo a mantenerse en cuarentena y se presentó a laborar sin medir las consecuencias.
La trabajadora confesó a sus compañeros que hace algunos días estuvo en La Bene San Luis, donde los burócratas reciben atención médica particular por una afección que tenía su hija, sin tomar la importancia debía a la gravedad del coronavirus, la mujer confesó a sus compañeros de trabajo que su marido no había ido a trabajar porque estaba en cuarentena pero que ella tenía que ir a la oficina porque estaba haciendo un trabajo muy importante.
Ante tal confesión, trabajadores concluyeron que su compañera también debía estar en cuarentena por lo que buscaron ayuda de alguno de sus superiores sin éxito pues, casualmente, desde el lunes, los jefes no se presentan a laborar.
Desesperados y temerosos, cada quien por su lado está buscando ayuda de las autoridades de Salud para que decreten las medidas, por lo menos de supervisión y vigilancia, o reclusión obligatoria, para quienes tuvieron contacto con Cynthia N. y para que el director, Oziel Yudiche Lara, ordene de manera inmediata el envío de la empleada a su domicilio como lo está ordenando la Secretaría de Salud.
En la Dirección de Pensiones del Gobierno del Estado como en toda la administración pública, no hay atención al público pero hay guardias que se encargan de sacar el trabajo del día. Hasta el momento se desconoce con exactitud con cuántas personas tuvo contacto la empleada en cuestión, sin embargo, se sigue haciendo el llamado a la Secretaría de Salud para que verifique el caso.