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Elucubraciones: Sindicalismo en decadencia

Por El Gato Filósofo

Quizá muchos no lo quieran aceptar, pero es una realidad que el sindicalismo en San Luis Potosí enfrenta una grave crisis, vive una época de decadencia que le impide mantenerse como la gran fuerza trabajadora que, en otro momento, llegó a ser. Hay muchos factores que pudieran ser la causa de estos hechos y, aprovechando el Día del Trabajo, este 1 de mayo, y la movilización de burócratas, quisiera hacer algunas elucubraciones.

No podemos negar que, en el caso del sector público, durante años, Bernardina Lara fue el terror de los gobernantes al conseguir prácticamente todo lo que quería para los agremiados del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (SUTSGE), pero todo el poder se concentró en ella misma, de modo que, cuando enfermó y se alejó de su labor, no hubo perfil que pudiera reemplazarla. Tras su muerte, lo único que se ve son pleitos y una elección que no asegura nada.

El Sindicato Independiente de Trabajadores y Trabajadoras del Gobierno del Estado (SITTGE) jamás fue una opción. Francisca Reséndiz lo convirtió en todo, menos en un espacio de verdadera representación para los trabajadores estatales. Son muchas las denuncias que pesan en contra de Reséndiz por el supuesto uso indebido de la causa sindical, la cual, presuntamente, sólo empleó para darse una vida de lujos, viajes por el extranjero y festines en exclusivos restaurantes. Los agremiados difícilmente conseguían algo.

En el sector privado las cosas no se ven tan diferentes. Emilio de Jesús Ramírez, dueño se los más grandes sindicatos de las empresas de la Zona Industrial a través de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), ha perdido poder con el paso del tiempo, tanto que ya no ha podido acomodar a toda la familia en espacios públicos como en otro tiempo lo hacía. Su sindicalismo charro le ha cobrado factura luego de muchos años de excesos y de haber amasado una fortuna a costa de los trabajadores.

San Luis Potosí tiene una dinámica muy única, a veces muy contrastante con el resto del país, tan es así que, a la fecha, no se ve quién pueda abanderar las causas sindicalistas, ser una opción viable para defender a los trabajadores y poner a las autoridades contra la pared.

Cavilaciones:

Primera: En Matehuala, la presidenta del DIF municipal, Zorayda Reyes, esposa del alcalde prianísta, Raúl Ortega, le solicitó a la delegada del DIF Estatal, María del Carmen Jiménez, que desalojara las instalaciones del Centro Cultural donde, desde hace tiempo, operaba el personal de la dependencia. La delegada y también esposa del diputado verde, Tomas Zavala, se indignó y comenzó a golpetear a Zorayda Reyes en algunas páginas de Facebook. Según su dicho, la presidenta del DIF municipal la trató muy mal. Dirían los chavos «¡Oila!”! Si alguien tiene fama de mal genio y grosera es ella. Cosas que suceden en pueblo quieto ¡Miau!

Segunda: Donde siguen las intrigas y los golpes bajos es en Rioverde. Según los que saben, el diputado federal, Óscar Bautista, ya está listo para reelegirse y para quitar de la presidencia municipal a Arnulfo Urbiola que trae dos cartas; su esposa y la regidora, Rosa María Huerta. Urbiola se volvió un descarado ladrón de las arcas municipales. Que Dios reparta suerte porque no hay honor entre ladrones.

Tercera: El gobernador Ricardo Gallardo se aventó un maratón del Día del Niño. Si alguien no pierde el tiempo es, justamente, él. El que le entendió, le entendió.

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