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Elucubraciones: Separarse o no del Interapas; he ahí el dilema

Por El Gato Filósofo

En los últimos días, luego de las declaraciones emitidas por el Ejecutivo Estatal, el Ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez y hasta por diputados metiches, el alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, planteó la necesidad de acelerar la desincorporación del municipio soledense del Interapas, esto, con el argumento de que la decisión debe tomarse antes de que se definan las tarifas de agua para 2026. La propuesta no es nueva. Desde hace años, Soledad ha buscado contar con su propio organismo operador, pero ahora cobra fuerza en un contexto que, a ratos, tiene aires de disputa política y financiera.

El tema merece un análisis cuidadoso. Por un lado, la autonomía de Soledad podría permitirle administrar de manera directa los recursos que genera, atender con mayor rapidez las necesidades locales y evitar la sensación de subordinación a San Luis Potosí, algo que, en términos políticos, tiene un fuerte peso simbólico. Además, el municipio ha iniciado obras de infraestructura hidráulica y reforzado su Dirección de Agua con miras a asumir esa responsabilidad.

Hay, sin embargo, riesgos evidentes. Los organismos metropolitanos de agua existen porque el recurso no reconoce fronteras políticas. Al fragmentar el sistema se corre el riesgo de duplicar costos, debilitar inversiones conjuntas y afectar la coordinación en la operación de pozos, ductos y redes que hoy funcionan de manera intermunicipal. También persiste la duda sobre si Soledad cuenta con la capacidad técnica y financiera para garantizar un servicio eficiente, sostenido y sin sobresaltos en las tarifas. Esto, a pesar de que el Gobierno del Estado ha refrendado su disposición para apoyar al municipio.

El factor tiempo es otro punto delicado. Pretender concretar la separación antes de que se aprueben las nuevas tarifas de 2026 supone acelerar procesos legales, administrativos y técnicos que podrían no estar listos, con el riesgo de improvisación y de que los usuarios sean los más afectados.

Más allá de culpas o intereses políticos, lo importante es que el debate se centre en lo esencial: garantizar agua suficiente, tarifas justas y un servicio confiable para la población. La separación de Soledad del Interapas puede ser viable si se demuestra con estudios técnicos, recursos claros y una transición ordenada. De lo contrario, corre el riesgo de convertirse en un movimiento político de alto impacto mediático, pero con resultados inciertos para la ciudadanía.

Cavilaciones:

Primera: Cuentan que, durante la reconciliación priísta, el dirigente nacional, Alejandro «Alito» Moreno, abrió la puerta para que sea Enrique Galindo quien pueda tomar el control del PRI, lo que significaría un eventual cambio en el Comité Directivo Estatal, pero todo indica que el alcalde capitalino dejará a Sara Rocha al menos hasta febrero del próximo año. Por cierto, se dice que la labor de reconciliación es mérito total de la secretaria general del partido, Carolina Viggiano.

Segunda: El presidente municipal de Ahualulco, Federico Monsiváis, trae un relajo muy bien organizado en su municipio. Tenía fama de trabajador, pero desde que se volvió verde, dicen, se volvió grosero y prepotente. Este felino se dará una vuelta por esos tejados para investigar más detalles ¡Miau!

Tercera: Las quejas contra los Servidores de la Nación crecen todos los días. Parece que los padrones de beneficiarios no sólo están alterados, sino que hay varios gandallas que hacen efectivas las pensiones y ayudas económicas para financiar sus francachelas. Los abusivos beneficiarios, incluso, cobran por personas que han sido reportadas como fallecidas, pero obviamente no las dan de baja para quedarse con los recursos. La justificación es más que boba: Guillermo Morales, el delegado del Bienestar, hace lo mismo. Cabra de bolones ¡Grrrr!

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