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Elucubraciones sabatinas: La doble cara del PAN

Por El Gato Filósofo

Pido perdón por irrumpir de esta manera en su sábado, queridos lectores, pero no quise pasar por alto lo ocurrido hace unos días durante la toma de protesta de Verónica Rodríguez como presidenta reelecta del Partido Acción Nacional (PAN), sobre todo, por las crecientes quejas e inconformidades que persisten en torno a este tema.

Mientras adentro se escuchaban las porras y los discursos de unidad, afuera retumbaban los gritos de protesta. Así fue el arranque de la nueva dirigencia de Verónica Rodríguez Hernández al frente del PAN en San Luis Potosí. Lo que debió ser un evento de cohesión y fortaleza terminó siendo un reflejo claro de las fracturas internas que arrastra el partido, y que amenazan con profundizarse rumbo al 2027.

Un grupo de militantes inconformes se apostó en la calle Zenón Fernández con una consigna fuerte; denunciar las irregularidades, abusos y anomalías con que Vero llegó al cargo. Argumentos hay de sobra, basta con citar las sentencias del Tribunal que terminaron por confirmar el cochinero en que se convirtió el proceso de renovación.

En lo que respecta a la manifestación, lo más inquietante es que la respuesta del panismo institucional fue el silencio. Nadie salió a dialogar con los manifestantes. Nadie cuestionó el fondo de la denuncia. Optaron por tapar el ruido con música, como si los problemas se resolvieran a ritmo de batucada. Quien sí prestó atención a la protesta, lo hizo sólo para denostarla y acusar a la diputada Aranza Puente de organizarla.

El mensaje que se proyectó fue contradictorio; mientras los liderazgos nacionales como Jorge Romero y Ricardo Anaya hablaban de unidad y de un PAN fortalecido rumbo a 2027, en la puerta del evento había pancartas que decían lo contrario ¿Unidad de quién y con quién? Porque si el partido va a presentarse con dos caras y, si se está entregando a los intereses de terceros, tendría que preguntarse si esa es una estrategia legítima, o si se está vendiendo barato a cambio de migajas de poder.

No se trata de rechazar o aceptar las alianzas por principio, sino de construirlas con transparencia, con liderazgo y con rumbo. Lo que se vivió esta semana no fue eso. Fue la imposición de una dirigencia sin consenso, con una militancia dividida, y con una sombra alargada que se llama Verónica Rodríguez, la misma que llevó al PAN, en 2024, a obtener uno de los peores resultados en una contienda electoral.

Si el PAN quiere tener futuro en San Luis Potosí, debe dejar de simular que todo marcha bien. Necesita reencontrarse con su militancia, recuperar su independencia y definir con claridad su papel.

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