
El Gobierno del Estado entregó al Congreso su Paquete Económico 2026 con el tono clásico del deber cumplido: montos históricos, propuestas en tiempo y forma, reforzamiento de obra pública y programas sociales, y la indispensable cita al Plan Estatal de Desarrollo. Si uno se quedara sólo con el boletín, parecería que San Luis Potosí navega con holgura financiera y que la administración estatal está lista para cerrar el sexenio con broche de oro. Lástima que la realidad presupuestal sea menos luminosa y más contable.
Para empezar, los más de 70 mil millones de pesos proyectados suenan sólidos, pero llegan en un contexto nacional de recortes federales que pegarán a prácticamente todos los estados, San Luis incluido. Desde 2023 se arrastra una tendencia de disminución real en participaciones y aportaciones; para 2025 los recortes ya se sienten en áreas como infraestructura carretera, salud y fortalecimiento municipal. Y ahora que el Gobierno Federal ha decidido apretar aún más el cinturón con la vista puesta en su propia transición, 2026 amenaza con exponer las costuras de las finanzas estatales.
En otras palabras, el presupuesto crece, sí, pero no necesariamente la capacidad real de gasto. El aumento puede estar más relacionado con inflación y ajustes administrativos que con una verdadera expansión de programas. Y mientras el Estado destaca su contención del gasto, sería saludable que aclarara si esa contención no equivale, en realidad, a recortes silenciosos en rubros que ya viven al borde del abandono como salud, cultura, medio ambiente, educación superior y fiscalización. Porque contener no es lo mismo que administrar con prudencia. A veces sólo es una manera elegante de admitir que no alcanza.
Con todo, el 2026 ofrece una oportunidad importante; no es año electoral. En teoría, eso debería liberar al gobierno estatal de la tentación del gasto de relumbrón y permitirle emprender grandes obras de infraestructura, las de verdad, no las que sólo sirven para cortar listones. Si de veras se reforzará el capítulo de inversión pública, este es el momento, el último año completo de ejercicio, sin campañas, sin presiones partidistas y con la posibilidad de dejar una huella tangible más allá del discurso.
Para eso, sin embargo, hace falta más que voluntad, hace falta solvencia, claridad y un Congreso que revise el paquete económico con algo más que el piloto automático. La Comisión de Hacienda ya anunció su calendario de análisis. Ojalá que, esta vez, la revisión vaya más allá del trámite y se pregunte, con seriedad, si los supuestos de ingresos son realistas o si estamos ante otro presupuesto armado con optimismo y fe, mucha fe.
San Luis Potosí entra a 2026 con un paquete económico vistoso en el papel, pero vulnerable en sus fundamentos. Si el Estado quiere cerrar fuerte, tendrá que sortear la tormenta federal, disciplinar su gasto y apostar por obras que importen. Es un año sin elecciones, pero con todas las exigencias de un inminente cierre de administración.
Cavilaciones:
Primera: El rector de la UASLP, Alejandro Zermeño Guerra, dio ayer cátedra de autoridad. Por si alguien lo dudaba, contra todos los pronósticos, suspendió la elección de director de la Facultad de Derecho y devolvió los expedientes de los aspirantes para que sean analizados correctamente y luego, dueño absoluto de la narrativa, soltó una invitación a los diputados para que asistan a dialogar con la abogada de la institución y con el secretario de Finanzas. Eso, en buen castellano, quiere decir que el señor sabe que tiene bien puestos los pantalones ¡Miau!
Segunda: Los diputados alistan una reforma legal para multar a organizadores de eventos masivos donde haya hechos de violencia como los que han ocurrido en el estadio Alfonso Lastras, en algunos partidos del Atlético de San Luis ¡Ah, qué diputables! Cada domingo hay broncas en muchos campos deportivos y casi siempre con heridos graves. La promovente, la panista Mireya Vancini, sabe de deportes y eventos deportivos lo que este felino de física cuántica. Estúdiele, señora diputada.
Tercera. Fátima Bosch es Miss Universo. Es, a juicio de este hermoso filósofo, un ejemplo de que la lucha por la igualdad, el respeto y el éxito, no tienen que ver con gritos, ni violencia, ni diatribas. Gracias por darnos una alegría en estos momentos.