
Once municipios potosinos tuvieron que extender la mano para solicitar créditos al Gobierno del Estado con el fin de cerrar 2025 sin un colapso administrativo. Muchos lo explican como una señal de mala planeación de los alcaldes, que no deja de ser cierta, pero sería demasiado cómodo atribuirlo todo a la torpeza municipal y no mirar el escenario completo. Lo que ocurre hoy en San Luis Potosí no es una anécdota, es el prólogo de un país que entra a territorio financiero incierto.
Por un lado, hay que recordar que el presupuesto federal pasó la tijera sin contemplaciones. Los programas que ayudaban a los municipios a equilibrar sus operaciones, como infraestructura básica, desarrollo regional, fortalecimiento municipal y otros tantos que servían como redes de contención, han desaparecido o se han debilitado hasta convertirse en sombra de lo que fueron. Hoy, los alcaldes no sólo administran lo que tienen, administran lo que ya no llega.
Y como si la ecuación no fuera suficientemente severa, Banxico ya advirtió que, para 2026, la economía mexicana crecerá apenas 0.4 por ciento. Sí, leyó bien: cero punto cuatro por ciento. En términos prácticos, eso equivale a una respiración asistida más que a un crecimiento económico. A eso, súmele que las remesas, que por mucho tiempo fueron un importante amortiguador, llevan siete meses consecutivos a la baja, y que la inversión extranjera, especialmente la automotriz, ya muestra signos de contracción. El contexto no sólo preocupa, exige levantar las cejas.
En medio de este panorama, es preocupante y alivia al mismo tiempo el anuncio de que el Gobierno del Estado no cobrarán trámites como la licencia de conducir. Es bueno para el ciudadano, sin duda, pero lo cierto es que los recursos públicos no se materializan por acto de fe; se requieren ingresos y, si no vienen de la Federación y tampoco de los ciudadanos, entonces alguien tendrá que pagar la factura y ese alguien, inevitablemente, serán los propios municipios a través de endeudamientos que hoy parecen pequeños, pero mañana no tanto.
El crédito solicitado por once ayuntamientos no es solamente un parche de fin de año, es una alarma discreta de lo que podría convertirse en la tendencia dominante del 2026. Si hoy piden préstamos para pagar aguinaldos, mañana podrían necesitarlos para sostener servicios básicos, nóminas regulares o incluso para cumplir compromisos de obra mínima. El endeudamiento municipal es, en muchas ocasiones, el último recurso antes de entrar en la zona de riesgo operativa.
Por ello, resulta ingenuo suponer que estos préstamos son sólo el resultado de una mala planeación. La verdad es más compleja; estamos frente a un país que enfrenta un recorte federal severo, una desaceleración económica reconocida por su propio banco central, la caída de remesas y un enfriamiento de la inversión extranjera. Los municipios son simplemente los primeros en resbalar. No necesariamente los únicos.
Así que sí, estas deudas podrían ser el preludio de lo que viene para 2026. Una antesala incómoda, quizá inevitable, y que obliga a gobiernos estatales y municipales a tomar decisiones menos populares, pero más responsables. Al ritmo que vamos, nadie debería sorprenderse si, el próximo año, descubrimos que lo de hoy apenas era el primer acorde de una sinfonía mucho más tensa.
Cavilaciones:
Primera: Cuentan que, en el Gallardato, hay algunos celillos entre funcionarias de primer nivel. La más polémica es Yolanda Cepeda, siempre amable y mielosa. Sonia Mendoza, la ruda del gabinete, no busca aprobación de sus compañeros, pero sí busca el futuro. El quinto año de una administración siempre es difícil, los funcionarios comienzan a enseñar sus verdaderos rostros y algunos sus garras afiladas. Este felino estará atento al comportamiento de los que andan futureando a costillas del erario.
Segunda: En Salinas, Villa de Ramos y Santo Domingo hay un grave problema de inseguridad. La gente vive al filo de la navaja. La zona está convertida en un gigantesco y terregoso campo de guerra entre integrantes de los carteles de Sinaloa, Jalisco y el Noreste que quiere regresar por sus fueros. Información de SEDENA revela que esa ruta era dominada por los mayos y que se espera que en los próximos meses la situación se torne aún más crítica.
Tercera: La reaparición de Andrés Manuel López Obrador, presentando su libro «Grandeza», alborotó a algunos potosinos que creen que pueden tener futuro bajo la sombra del caudillo. Lástima que el capo de todos los capos tiene otros planes ¡Miau!