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Elucubraciones: Morena, Bienestar y corrupción

Por El Gato Filósofo

Por increíble y triste que parezca, en la Huasteca Potosina, la desgracia ajena volvió a convertirse en negocio. Lo que debía ser un acto de solidaridad tras las inundaciones recientes en Matlapa y en varios municipios cercanos, terminó siendo, según denuncias ciudadanas, un lucrativo esquema de corrupción manejado desde las entrañas del propio Gobierno Federal y el partido Morena.

De acuerdo con los testimonios de los pobladores, los llamados Servidores de la Nación, esa estructura creada supuestamente para llevar los beneficios sociales directamente al pueblo, manipularon el censo de damnificados. Se incluyó a personas que nunca fueron afectadas, mientras que a quienes sí perdieron sus hogares o sus cosechas se les dejó fuera del listado. Y lo peor, muchos aseguran que se les exigieron pagos de hasta varios miles de pesos para poder ser considerados en el padrón. Una extorsión disfrazada de gestión social.

Los reclamos no se quedaron en palabras. Decenas de ciudadanos bloquearon la carretera federal Valles–Tamazunchale exigiendo transparencia. Aseguran que el censo fue manejado de manera discrecional por funcionarios de la Secretaría del Bienestar, encabezada en San Luis Potosí por Guillermo Morales, y que detrás de esta manipulación está también la sombra política de Rita Ozalia Rodríguez, dirigente estatal de Morena y hermana de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. En otras palabras, el poder familiar y partidista operando a costa del dolor de la gente.

Mientras tanto, la ayuda federal sigue sin llegar a los verdaderos damnificados. Las familias afectadas viven entre el lodo, la pérdida y la impotencia, viendo cómo los recursos se van a manos de quienes ni siquiera se mojaron los pies. En lugar de apoyo, reciben burlas. En lugar de justicia, reciben excusas.

Lo más alarmante es que este tipo de denuncias no son exclusivas de San Luis Potosí. En otros estados donde también se levantaron censos tras las lluvias recientes, la historia es prácticamente la misma; servidores públicos pidiendo aportaciones para incluir a las familias en las listas, pero cuando algunos gobernadores y ciudadanos informaron de esto a la presidenta Claudia Sheinbaum, simplemente no les creyó. Pensó, tal vez, que se trataba de ataques políticos.

Y ahí está el verdadero problema. La negación desde el poder. Si la mandataria no reconoce la podredumbre dentro de su propio aparato político, mucho menos puede erradicarla. Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que la corrupción ya no está en las oficinas oscuras del pasado; ahora viste chaleco guinda y porta credencial de Servidor de la Nación ¿Alguien puede desmentirme?

La Huasteca no necesita discursos ni censos maquillados, necesita ayuda real, urgente y honesta, pero parece que, para algunos, la tragedia es sólo una oportunidad más de negocio.

Cavilaciones:

Primera: Si el Gobierno Federal sigue regateando a los productores agrícolas los precios de garantía del maíz y otros productos ¡Agárrese! El maíz para los tamales se venderá a precio de oro ¡Miau!

Segunda: La casa del terror que se inauguró ayer en el Centro de las Artes resulta todo un éxito. Todo mundo quiere entrar, pero este felino se reserva el derecho porque a mí, esos fantasmillas no me espantan. Eso sí, el padrino se gana una estrellita. Por cierto, esperen la máster class de Thriller en el Museo de la Mascara. Se pondrá buena.

Tercera: Dicen que ya es cuestión de días para que se concreten diversos movimientos en la estructura del Gobierno del Estado. Algunos de ellos implican la reaparición de perfiles que estuvieron fuera de la vida pública durante algunos meses ¡Qué nervios!

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