SLP Titulares

Elucubraciones: Guerras y morales sucias

Por El Gato Filósofo

Lo que sucede, hoy, en San Luis Potosí, no es sólo un nuevo capítulo de guerra sucia, es la confirmación de hasta dónde puede llegar la bajeza política cuando se carece de argumentos, ética y vergüenza. En un intento grotesco por golpear al alcalde capitalino, Enrique Galindo Ceballos, han comenzado a circular fichas de búsqueda como si el edil estuviera desaparecido. El hecho no sólo es una mentira evidente, sino una afrenta directa a miles de familias que realmente buscan a sus seres queridos en este país.

Que un grupo de oportunistas, algunos de ellos aparentemente movidos por el afán de ganar adeptos con el gobernador Gallardo o por revivir viejas confrontaciones políticas, recurra a esta forma tan ruin de ataque, demuestra que la lucha por el poder ha perdido todo pudor. Usar una herramienta diseñada para visibilizar tragedias humanas como recurso de golpeteo político no es sólo de mal gusto, es inhumano.

El trasfondo es tan falso como torpe. Aseguran que el alcalde está “desaparecido” y que no ha atendido los estragos causados por las lluvias, sin embargo, los hechos desmienten esa narrativa; las brigadas del municipio han trabajado activamente en diversas zonas afectadas, atendiendo reportes, reparando daños y apoyando a la ciudadanía, incluso de manera coordinada con el Gobierno del Estado, pues no se puede pasar por alto que, hace apenas unos días, se convocó a una reunión para trazar líneas y planes de acción que permitan atender con eficacia los estragos que se desprenden de estos fenómenos climáticos.

No hay ausencia, hay presencia. No hay indiferencia, hay respuesta. Lo que hay, en realidad, es desesperación de quienes no tienen otra forma de hacerse notar más que con campañas rastreras.

Al respecto, colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, esos que sí luchan todos los días contra el olvido real, han condenado esta maniobra con justa razón ¿Quién se atreve a burlarse del dolor de madres, padres, hijos que aún esperan respuestas? ¿Con qué derecho politizan un símbolo de lucha, de angustia y de resistencia? La banalización de las fichas de búsqueda como mecanismo propagandístico es uno de los actos más infames de la política reciente en San Luis Potosí.

Este episodio revela mucho más de lo que aparenta. No es sólo un ataque contra Enrique Galindo. Es un ataque contra la inteligencia del ciudadano, contra la dignidad de quienes sufren una pérdida real y contra los principios básicos de la decencia política, sin embargo, tal como suele ocurrir con los actos desesperados, esta campaña ha terminado por beneficiar a su objetivo, ha expuesto la miseria moral de sus autores y ha fortalecido la percepción pública del alcalde como alguien que, frente a la calumnia, sigue trabajando.

A quienes organizaron esta payasada, sólo les queda el desprestigio. Y al resto de nosotros, la obligación de no normalizar esta degradación. Porque cuando la política se convierte en una caricatura sin escrúpulos, la democracia y la labor gubernamental están en peligro.

Cavilaciones: 

Primera: La secretaria de Ecología y Gestión Ambiental del Gobierno del Estado, Sonia Mendoza, clausuró el relleno sanitario de Ciudad Valles. Para suavizar la acción, la funcionaria dijo que «sólo sería por algunas horas». Palo dado, ni Dios lo quita ¡Miau!

Segunda: Una terrible plaga, conocida como Dragón Amarillo, arrasa en la Zona Huasteca con los naranjales. Tan grave es el asunto que se pronostica que, este año, los productores no podrán cosechar. Esta plaga es sumamente agresiva. Los especialistas dicen que, una vez que un árbol está infectado, no hay cura ¿La SEDARH? Bien, gracias. Jorge Luis Díaz Salinas y nada, son dos nadas.

Tercera: Hay en ciernes un plan de reestructura de jefes de prensa en las dependencias del Gobierno del Estado. La mayoría posee presuntos portales de noticias, otros, ni eso. Van y cumplen con su horario de 8:00 am a 3:00 pm y no hay poder humano que los ponga a trabajar, así que ya el jefe mayor se dio cuenta y pidió que les den las gracias a los «huevones y huevonas». Por cierto, se nota la buena vida que han llevado en estos cuatro años de gobierno; voluminosos vientres y sobrepeso es la ganancia de la mayoría, así que no es difícil saber quiénes se han tirado a la hamaca ¡Grrr!

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