SLP Titulares

Elucubraciones: Misión cumplida

Por El Gato Filósofo

Rita Ozalia Rodríguez apareció en redes sociales con un mensaje solemne: “Hoy nos tocó estar en el CEN reportando el trabajo de fortalecimiento de los comités estatales de todo el país. Agradezco a la presidenta Luisa Alcalde por siempre tener en cuenta a SLP… Misión cumplida querida presidenta”. Una frase que, más que cerrar un ciclo, abre una duda inmediata: ¿en serio?

Si algo distingue a la dirigencia de Morena en San Luis Potosí es la facilidad con la que convierte problemas en triunfos imaginarios, y carencias en hazañas épicas. Lo que realmente ocurrió en ese encuentro en la Ciudad de México seguramente fue menos glorioso de lo que se presume. Basta ver el contexto para entender que la reunión no fue precisamente para aplaudir, sino para corregir.

Morena en SLP arrastra, desde hace años, una estructura territorial débil, comités seccionales que aparecen y desaparecen como por arte de magia, afiliaciones imposibles de verificar y un malestar creciente entre los militantes fundadores que sienten que el partido que construyeron con esfuerzo fue entregado, casi como ofrenda, a los recién llegados. Esos advenedizos que aparecieron cuando el partido ya era gobierno y que hoy ocupan espacios que no trabajaron, pero que recibieron por confianza. Una confianza curiosa, porque nunca llega a quienes llevan años insistiendo en que las cosas se hagan bien.

Es difícil creer que en el CEN desconocieran esta realidad. Por algo Luisa María Alcalde y el equipo nacional emprendieron una gira para revisar las estructuras del partido en varios estados. No es un tour turístico ni una cortesía institucional, es supervisión quirúrgica. Y si voltearon a ver la situación en San Luis, fue por una razón evidente; los resultados simplemente no cuadran con el discurso.

De hecho, cuando uno revisa el supuesto éxito organizativo que Rita fue a reportar, el optimismo se desmorona. Ahí está su candidatura al Senado en 2024, una campaña gris, sin tracción, sin potencia política. Ahí está la derrota vergonzosa en la elección judicial, donde Morena ni siquiera logró articular una estrategia decorosa. Ahí están los comités que nadie ve, las cifras que nadie confirma, el exiguo trabajo de base que no soporta ni un empujón. Y ahí está, sobre todo, la inconformidad interna; profunda, persistente, creciente.

Por eso, el mensaje “Misión cumplida” resulta tan irónico. Si se evalúan los resultados, no hay misión que dar por concluida. Si acaso, lo único verdaderamente cumplido es la narrativa: mantener la apariencia de que todo está bajo control, aunque el partido en el Valle del Potosí esté fracturado, debilitado y navegando con una dirigencia prolongada por acuerdos nacionales más que por consensos locales.

Entonces, con toda honestidad ¿Qué misión cumplió? ¿La de fortalecer al partido? No. ¿La de construir estructura real? Tampoco. ¿La de unificar a la militancia? Mucho menos. Tal vez, y solo tal vez, cumplió la misión de convencer al CEN de que en San Luis las cosas avanzan, aunque en el territorio la realidad cuente otra historia. Misión cumplida, pero solo en la dimensión del autoengaño político.

Cavilaciones:

Primera: En la zona metropolitana de San Luis Potosí, casi todos los gasolineros han decidido suspender el servicio a más tardar a las 11:30 de la noche en una especie de toque de queda ¿La razón? Se cansaron de asaltos ¡Miau!

Segunda: Beneficiarios de programas del Bienestar siguen denunciando corrupción por parte de los encargados de pagar pensiones, becas y otros apoyos. Los responsables alteran padrones, cobran por personas fallecidas y bloquean tarjetas, pero siguen reportando el cobro de los beneficios. Esos estafadores encabezados por Guillermo Morales salieron cochinos y bien trompudotes. Pero hay un Dios que todo lo ve.

Tercera: Dicen en los pasillos de la Facultad de Derecho que todo está arreglado para que Javier Delgado Sam sea elegido director luego de la crisis que provocó la renuncia de Germán Pedroza tras la agresión sexual a una estudiante. Lucy Lastras es una candidata muy fuerte. Georgina González Cázares tiene lo suyo, pero los que saben, aseguran que ya todo está arreglado. Este felino lo duda porque Lucy Lastras es un hueso duro de roer.

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