La reciente elección judicial en San Luis Potosí ha dejado en claro algo que muchos ya intuían; el Gallardismo no sólo goza de buena salud, sino que se encuentra en plena expansión, consolidándose como la fuerza política dominante en el estado. Lejos de ser un fenómeno efímero o dependiente exclusivamente de coyunturas electorales, el proyecto político encabezado por Ricardo Gallardo ha demostrado ser un aparato aceitado, disciplinado y, sobre todo, con operadores cada vez más posicionados en las regiones estratégicas del estado.
Prueba de ello es el creciente protagonismo que ha tomado la senadora Ruth González Silva, cuya presencia en la capital potosina se ha vuelto cada vez más sólida. Su cercanía con los sectores populares, aunada a una agenda legislativa activa, le ha permitido construir una base política que va más allá del apellido Gallardo y que empieza a tener forma propia. González Silva no sólo representa continuidad, sino también una versión más institucional y equilibrada del proyecto.
A la par, el diputado federal Juan Carlos Valladares se perfila como otro de los cuadros relevantes para el futuro inmediato. Su discurso empresarial, combinado con su conexión con la juventud y sectores de clase media, le ha permitido ocupar un espacio que antes parecía estar huérfano dentro del Gallardismo. Su incursión más directa en la capital no es casualidad, sino parte de una estrategia más amplia por ganar terreno en un bastión históricamente complejo para el oficialismo local.
En el plano metropolitano, destaca, sin lugar a dudas, la figura del alcalde de Soledad de Graciano Sánchez, Juan Manuel Navarro. Sin aspavientos, pero con resultados visibles, Navarro ha logrado mantener el control político y administrativo de uno de los municipios más importantes del estado. Su creciente aceptación ciudadana y su estilo cercano y resolutivo lo colocan como un actor a observar de cara al 2027. Si Soledad ha sido cuna del Gallardismo, Navarro representa su madurez.
El crecimiento del movimiento también se ha visto favorecido por la desarticulación progresiva de sus posibles rivales. Figuras como José Luis Romero Calzada “El Tekmol” han perdido fuerza tanto en lo político como en lo mediático luego de que se sumara a las filas del Verde. Gerardo Sánchez Zumaya, otro actor que en algún momento intentó levantar una alternativa, no ha logrado generar tracción suficiente ni consolidar un bloque opositor serio. Y Morena, pese a su fuerza nacional, sigue sin encontrar una fórmula de éxito local sin depender directamente del respaldo del Gobierno de la República. Su debilidad para construir liderazgos propios en San Luis Potosí se vuelve cada vez más evidente.
A menos de dos años de que inicie formalmente el proceso electoral de 2027, el Gallardismo no sólo llega con ventaja, sino con una estructura probada, liderazgos en ascenso y una oposición debilitada. Si logran mantener el ritmo, corregir excesos y ampliar su discurso más allá de los programas sociales, podrían arrasar en las elecciones y cimentar un verdadero proyecto de largo plazo en la política potosina.
Cavilaciones:
Primera: Bien atorados por la derrota judicial en San Luis Potosí, algunos personajes menores de Morena lanzaron una tímida amenaza; buscarán impugnar la elección de José Luis Ruiz Contreras y Ángel Gonzalo Santiago Hernández como magistrados del nuevo Poder Judicial. El argumento: que no renunciaron a sus cargos de secretario de Seguridad y subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno del Estado. La ley no los obliga, pero se vale lavar sus negras consciencias ¡Miau!
Segunda: Nuevos vuelos de San Luis Potosí a Dallas, Houston y San Antonio están en vías de concretarse. El Gobierno del Estado se anda aplicando para que la conectividad prospere. Que se haga, dirían los chavos.
Tercera: Hoy se entregan el Premio Estatal de Periodismo 2025. Código San Luis y El Tiempo del Altiplano se llevaron cuatro galardones. Felicidades al gran equipo de esta casa y a todos los ganadores.
