
En un contexto nacional, donde la inseguridad sigue siendo uno de los principales desafíos, San Luis Potosí demuestra que, con liderazgo, coordinación y voluntad, es posible trazar un camino diferente. Hoy, la esperanza no es un discurso, sino que se construye con hechos y prueba de ello son las recientes inauguraciones de las nuevas compañías de la Guardia Nacional en cuatro municipios estratégicos el estado potosino; Matehuala, Charcas, Salinas de Hidalgo y Zaragoza.
Es claro que el gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha impulsado la coordinación con la Federación para fortalecer la colaboración en materia de seguridad. La apertura de estas bases busca ampliar la presencia y capacidad operativa de la Guardia Nacional en regiones clave y, con ello, se genera también un compromiso importante con los ayuntamientos que no dejan de ser piezas fundamentales en el tema de seguridad.
La inauguración de nuevas bases operativas no sólo representa un refuerzo en infraestructura, sino un compromiso tangible con la tranquilidad de los potosinos. Por supuesto, el reto no termina ahí; las compañías deben ser dotadas con el equipamiento, personal y herramientas necesarias para funcionar con eficacia, pero el primer paso está dado, y se ha dado con firmeza.
Justo en este tema, destacan las palabras del secretario general de Gobierno, J. Guadalupe Torres Sánchez, quien, durante la inauguración en Zaragoza, recordó que, en otros tiempos, los potosinos tenían que huir de balaceras en lugares concurridos y a plena luz de día. Hoy, las cosas ya no son así, pero el secretario también lanza un compromiso sólido: El avance debe mantenerse hasta que San Luis Potosí sea el estado más seguro de México.
Lupe, como le llaman sus amigos, ha estado al frente de este esfuerzo (sí, atendiendo la línea del gobernador, pero dando la cara por lo que se hace y lo que no) y se puede decir que está entregando buenas cuentas, porque se muestra consciente de los resultados, pero también de lo que hace falta hacer y de cómo se tienen que hacer las cosas para que funcionen. Su trabajo ha permitido, no sólo ampliar la presencia territorial de las fuerzas del orden, sino establecer una red operativa que responde a las necesidades reales de la población.
Hay buen trabajo, no se discute, pero en un entorno donde la seguridad sigue siendo un desafío constante que requiere continuidad, seguimiento y resultados tangibles para consolidarse.
Cavilaciones:
Primera: Parece que el gobernador tiene corazón de pollo. Manda a los Parques Tangamanga a uno de los más ineptos funcionarios de su administración; Joaquín García «El Charro». Cuando todos respiraron pensando que lo echaba a la calle, lo hace caer para arriba y le entrega lo más sagrado para los potosinos. Ana Pineda estaba haciendo un buen trabajo, pero jalan más unas barbas de charro que un caballo de coleadero ¡Miau!
Segunda: En Matehuala, traen una cloaca bien hedionda. Resulta que el presidente municipal, Raúl Ortega, trae un cochinero con la contratación de maquinaria para la operación del relleno sanitario. Según los que saben, en el negocio están implicados el diputado verde, Tomás Zavala; el delegado de SEDESORE, Franco Coronado (expresidente municipal panista que se volvió verde) y, al menos, dos personajes más. A ver si el IFSE les da una revisada antes de que consumen sus fechorías y saqueen las arcas del pueblo.
Tercera: Nos vamos al Festival del Danzón. Este felino, además de filósofo, es un magnífico danzonero.