Pese a todos los pronósticos que existían, la jornada electoral para elegir a las personas que quedarán al frente del Poder Judicial, tanto local como federal, terminó de muy buena manera, aunque es claro que podemos hacer un balance en dos partes; la primera por el lado de los desdenes, por el poco interés ciudadano para participar, la segunda, por el extraordinario trabajo que realizaron las autoridades electorales y gubernamentales para desarrollar este proceso de la mejor manera posible.
Por un lado, no se puede negar que es decepcionante la baja respuesta ciudadana, pero ese es un tema completamente ciudadano, es decir, corresponde a cada persona asumir y cumplir con el compromiso que le toca. Tanto se reclama a las autoridades que no hacen esto ni aquello y el día que se da la oportunidad para que el pueblo participe, evade su responsabilidad. Sí, es lamentable el índice de participación, pero no se puede atribuir a ninguna instancia pública. El INE hizo todo lo que tuvo a su alcance. El CEEPAC hizo lo propio, el Gobierno del Estado también y los municipios colaboraron activamente. Nadie se quedó atrás.
Justo en ese tema, viene el segundo punto, la colaboración institucional, porque es claro que fue pieza clave para que el inédito proceso se condujera de buena manera y llegara a buen puerto. Quienes tenían la obligación, la cumplieron y se puede presumir que están entregando muy buenas cuentas a los potosinos, aunque a estos no les interese el tema.
No faltaron, desde luego, los agoreros del desastre, pero el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, como titular del Ejecutivo Estatal y responsable de mantener la gobernabilidad en la entidad, logró una elección judicial limpia, pacífica y democrática, sin incidentes graves, imperó un clima de paz y orden, hubo una operación electoral quirúrgica, sin errores y, lo más importante, se garantizó la transición en la justicia potosina sin crisis ni rupturas. Gallardo le cumplió a la presidenta Sheinbaum.
Viene lo bueno; hacer el conteo, pero ese ya es tema de las autoridades electorales y, en eso, tienen bastante experiencia. Parece que lo peor ya pasó por lo que sólo queda esperar que aprendan y que el próximo proceso sea mejor que este que concluye.
Cavilaciones:
Primera: La semana pasada, la secretaria de Turismo, Yolanda Cepeda, anduvo por la huasteca potosina. Su estancia tenía un doble propósito. Dentro de sus actividades, convocó a reuniones y ruedas de prensa, pero se ocupó de no invitar a reporteros «incómodos» ni a operadores que conocen muy bien sus manejos y prefieren marcar distancia ¡Ay! Ya siéntese, señora.
Segunda: La lluvia siempre trae bendiciones y, en el caso de la capital potosina, también exhibe las deficiencias en el sistema de drenaje pluvial que se conjunta con el desarrollo desordenado de la Zona Metropolitana. Interapas se encargó este fin de semana de desazolvar algunos puntos de desagüe. es importante también que den utilidad al agua pluvial.
Tercera: Dicen que una legión extranjera se multiplica peligrosamente en el Congreso del Estado ¡Miau!
