
La naturaleza puso a prueba la capacidad de respuesta de todas las autoridades en San Luis Potosí. Las lluvias que azotaron a la Huasteca potosina en los últimos días provocaron severas inundaciones, el desbordamiento de ríos, comunidades incomunicadas y miles de familias desplazadas, sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en entidades vecinas como Veracruz, donde se registraron lamentables pérdidas humanas, en territorio potosino la historia fue distinta; la reacción temprana, coordinada y contundente del Gobierno del Estado permitió salvar vidas.
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona no esperó a que la tragedia tocara fondo. Desde los primeros reportes de desbordamiento en la zona de Tamazunchale y Axtla, activó los protocolos de emergencia, movilizó a las dependencias estatales y estableció un enlace directo con Protección Civil, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional para ejecutar labores de rescate y evacuación. La instrucción fue clara: primero la vida, luego la infraestructura. Esa visión, basada en la prevención y la acción inmediata, marcó la diferencia.
Mientras en otras regiones del país, las autoridades se perdían en discursos vacíos, en la Huasteca potosina ya se habían instalado albergues, distribuido víveres y desplegado cuadrillas médicas. Todo se operó con precisión quirúrgica; más de mil 300 familias fueron evacuadas a tiempo, se restableció el paso en las principales carreteras y se mantuvo comunicación constante con los municipios más vulnerables.
Es cierto que los daños materiales son considerables, hay viviendas, caminos y escuelas afectadas, pero el saldo humano, el más importante, fue preservado gracias a la estrategia integral de prevención que el gobierno estatal ha venido reforzando desde el año pasado. Gallardo apostó por invertir en equipamiento, capacitación y protocolos de respuesta y, hoy, esos esfuerzos se hacen evidentes.
Algunas versiones dicen que la presidenta Claudia Sheinbaum podría visitar este lunes la región huasteca para constatar personalmente los daños y supervisar las acciones conjuntas de los tres niveles de gobierno. De confirmarse, su presencia representaría un respaldo político y moral a la labor coordinada que ha mantenido San Luis Potosí durante esta contingencia. Sería también una oportunidad para reconocer que, más allá de colores y diferencias, la colaboración institucional es la única vía posible frente a desastres naturales de esta magnitud.
En este sentido, vale destacar el papel de los alcaldes de los municipios más golpeados, quienes han trabajado hombro con hombro con las autoridades estatales y federales. La solidaridad entre comunidades, la disciplina operativa de las fuerzas armadas y la sensibilidad mostrada por el gobierno estatal constituyen un ejemplo de cómo deben enfrentarse las emergencias; con orden, empatía y visión de largo plazo.
Lo que está ocurriendo en la Huasteca potosina no es sólo un episodio de emergencia, es la confirmación de que, cuando se prioriza la vida y se deja de lado la improvisación, los resultados son palpables. La tragedia se mide no sólo por los daños, sino también por la capacidad de evitarlos.
Hoy San Luis Potosí puede decir, con prudente orgullo, que su gobierno actuó a tiempo, que sus instituciones funcionaron y que su gente fue protegida.
Cavilaciones:
Primera: Hasta este hermoso felino llegó una serie de quejas en contra de aseguradoras que trabajan para el sector público. Resulta que los vivales preguntan a las personas si alguna vez en su vida se desmayaron y cuando les responden hace años, cuando eran pequeños, hacen pleito ratero, acusan al derechohabiente de mentir al momento de llenar los formatos y se niegan a pagar. No hay poder humano que meta al orden a las estafadoras, perdón, aseguradoras. Hay, en proceso, una denuncia colectiva porque están de un fraudulento que Dios guarde la hora ¡Miau!
Segunda: Tras la destitución del director de Protección Civil de la Capital, Adrián Cortázar, por presuntos actos de corrupción, aparecen como hormigas mantequeras los llamados «gestores» (en mis tiempos les llamaban coyotes). Están por todos lados y es cierto que cobran, pero son tan efectivos que la gente prefiere pagarles a ellos por un trámite, que soportar malas caras y desdenes de quienes atienden en ventanillas.
Tercera: Ayer, se llevó a cabo la elección del nuevo director de Asuntos Indígenas de la Capital. Todavía ni malmente terminaba la sesión cuando representantes de diversas comunidades ya andaban haciendo manifestaciones para desconocer al ganador del proceso ¡Están potentes!