Embriagados con la reforma electoral que ordena que los partidos políticos sólo pueden postular mujeres como candidatas a la gubernatura en las elecciones del 2027, los grillos del pueblo quemaron sus naves apostando a que, desde la Secretaría de Gobernación, se ordenaría retirar la iniciativa, pero nada más lejos de la realidad que, ahora, vivimos los potosinos con esta reforma disruptiva que, para este filósofo no es paritaria, porque le quita a los varones su derecho a votar y ser votado, principio consagrado en la Constitución General de la República.
San Luis Potosí siempre ha sido considerado el laboratorio político de México. Fue aquí donde Salinas quiso experimentar un proyecto reeleccionista por allá de los 90. Fue aquí donde Horacio Sánchez inventó un proyecto transexenal para que su grupo se quedara en el poder por 25 años.
Fue también en el territorio del Potosí que se instauró la segunda vuelta electoral que al tiempo desapareció porque no funcionó. Aquí, se instauró el primer organismo electoral ciudadano y, ahora, es aquí donde se desliza una reforma para que sea una mujer la próxima gobernadora.
Muchos se jalaron los pelos, se arrancaron las pestañas y concluyeron que todos habían sido engañados. Se percataron de que la llamada «Ley Ruth», en realidad, no se hizo para beneficiarla a ella, porque es, al momento, la única que tendría asegurada la postulación por el Partido Verde.
Los que lograron ver más allá del bosque, aseguran que, en realidad, se trata de un acuerdo nacional y que las únicas beneficiarias de la reforma son la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y su hermana Rita Ozalia. Rosa no quiere ser candidata, pero obviamente quiere influir y, siendo justos, Morena sin la reforma estaría obligada a postular a un hombre.
Total, entre villancicos, rifas y parabienes, las lideresas del PRI, Sara Rocha; PAN, Vero Rodríguez; Rita Ozalia Rodríguez, de Morena; Estela Arriaga, presidenta del DIF capitalino, y Ruth González, senadora de la República, recibieron su regalote de navidad adelantado. Sonia Mendoza, actual secretaria de Ecología del Gobierno del Estado, también se vuelve a colocar en el arrancadero para el 2027.
La jugada estuvo bien diseñada. Los morenistas, Carlos Arreola y Cuauhtli Badillo, pidieron clemencia para no ser funados por votar a favor, pero están bien amarrados con las hermanas Rodríguez. Los panistas, Rubén Guajardo y Marcelino Rivera votaron en contra, pero Guajardo goza del amor de Vero Rodríguez y Marcelino, de su protección, así que eso también fue calculado.
Y es con esta reforma que el diputado Héctor Serrano se consolida como el operador político más eficiente del gobernador Ricardo Gallardo, con tentáculos y acuerdos a nivel nacional, ahí vemos el dominio de las bestias del potosí.
Sentimientos encontrados se expresaron ayer, a favor y en contra, pero todos con la reflexión que concluye que la reforma fue autorizada por la mismísima presidenta, Claudia Sheinbaum.
Algunos harán corajes, pero Consummatum est.
Cavilaciones:
Primera; Mañana, en el Juzgado Sexto de Distrito, a cargo de Araceli del Rocío Hernández Castillo, se celebra la audiencia constitucional del amparo que presentó el fontanero Edgar Durón Puente, quejándose por haber sido excluido de la terna que eligió el Consejo Técnico de la Facultad de Derecho para que el Consejo Directivo Universitario vote al nuevo director de esa entidad académica. Durón no presentó completo su expediente, pero una vez más, el nene quiere jugarle a la política. De lo que suceda en la audiencia se definirá el futuro de Derecho ¡Que Dios reparta suerte! ¡Miau!
Segunda: Para que luego no digan que este felino no les advirtió, vayan investigando el proceso para obtener la CURP biométrica, porque los coyotes andan sueltos y rondan muy, pero muy cerca del Registro Civil.
Tercera: El secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, presumió que desarticuló una banda de asaltantes de auto transporte. A ver si se da una vueltecita por la carretera San Luis-Matehuala. Que no le digan, que no le cuenten, al futuro presidente ¡Grrr!
