
El homicidio de la empresaria Sandra Revilla, el 10 de mayo pasado en la capital de San Luis, movió fibras potosinas que, se creía, habían muerto. Este domingo, un nutrido grupo de capitalinos caminó por Carranza y luego tomó Reforma para llegar a la Fiscalía General del Estado. Demandan calles seguras, vida sin miedo y justicia para Sandra.
Esta una marcha silenciosa, ordenada, respetuosa, sin estridencias, sin diatribas, es evidencia de que se sigue buscando construir un San Luis en el que los potosinos podamos vivir en paz y sin miedo. Hubo, sin embargo, quienes intentaron manipular y manchar la movilización, pero los participantes no se dejaron, advirtieron que no son enemigos ni del alcalde de la capital, Enrique Galindo, ni del gobernador Ricardo Gallardo.
Conscientes de que la paz y la seguridad es tarea de todos, se dijeron dispuestos a hacer lo que les toque como ciudadanos y se blindaron, así, de las cochambrosas mentes que ya se frotaban las manos para hacer guerritas bobas en redes sociales.
Las feministas brillaron por su ausencia y así es mejor. Su movimiento, convertido en referente de violencia y destrucción no busca la paz ni la justicia, sólo ellas saben lo que canalizan cuando insultan, agreden, destruyen.
Quienes marcharon este domingo son los potosinos que, como decía el líder civilista, Salvador Nava, tardan mucho para calentarse, pero tardan más para enfriarse.
No hubo voces dominantes, tampoco protagonismos políticos, el discurso fue leído por una joven y una vez concluida la solicitud de justicia para Sandra Revilla, cruelmente asesinada, se retiraron en orden.
La buena educación no es algo que abunde en nuestros días, por eso, este filósofo celebra que los ciudadanos muestren civilidad e inteligencia en sus demandas legítimas y exige que las autoridades hagan lo que les corresponde.
Si el gobernador y el alcalde son sensatos, tomarán con seriedad el mensaje oculto de la marcha dominguera, si son soberbios, lo pagarán con creces.
Cavilaciones:
Primera: Para el inicio del pontificado de León XIV, la representante de México, la potosina, Rosa Icela Rodríguez, lució más decente que en el funeral del papa Francisco. Se vistió sobria y se presentó con actitud más institucional. La secretaria de Gobernación, igual que la presidenta Claudia Sheinbaum, paulatinamente van afinando sus guardarropas y sus apariencias. Bien por ellas y por la imagen diplomática de nuestro país.
Segunda: El fin de semana, ooootra vez, asaltaron a los pasajeros de una unidad de Transportes Lucano apenas tocaron tierras potosinas en Matehuala. 100 dólares por cabeza. Los efectivos que mandó el secretario federal de Seguridad, Omar García Harfuch, para cuidar la carretera 57, han servido para nada y para pura chiflada ¡Miau!
Tercera: América vs Toluca es la final del futbol mexicano. Como diría la reina de corazones; ¡Ah, insoportable!