Este jueves 5 de junio, fue inaugurado con bombo y platillo el nuevo vuelo San Luis Potosí-Atlanta, un logro que, sin duda, puede representar una puerta importante para la conectividad internacional de la entidad. La ceremonia reunió al gobernador del Estado, Ricardo Gallardo Cardona, al alcalde de la capital, Enrique Galindo Ceballos, y a representantes de OMA, Aeroméxico y Delta Air Lines, sin embargo, lo que debería haber sido una muestra de coordinación institucional para atraer inversiones y oportunidades, rápidamente se convirtió en otro episodio más del ya conocido y desgastado juego político para ver quién se cuelga la medalla.
Tanto el gobernador como el alcalde aseguran que fueron ellos quienes gestionaron la apertura del vuelo. Para la ciudadanía, este tipo de disputas no sólo resultan desgastantes, sino irrelevantes. Poco importa si el mérito corresponde a uno u otro. Lo que realmente importa es que el esfuerzo conjunto se traduzca en beneficios tangibles y duraderos, porque, al final del día, lo que necesita San Luis Potosí no son discursos, sino resultados.
Y aquí viene la parte crítica. A pesar del entusiasmo por la nueva ruta, hay razones para moderar el optimismo. El contexto económico y migratorio en Estados Unidos presenta riesgos, pues no se puede negar que, ante tanta incertidumbre, es seguro que muchos mexicanos no querrán viajar a tierras gringas y quién sabe si haya demanda suficiente (con eso de que andan cancelando visas a diestra y siniestra) para cubrir la demanda diaria.
Otros proyectos similares han fracasado, y tenemos ejemplos recientes que muestran que una ruta puede desaparecer tan rápido como aparece si no es económicamente viable. Abrir un nuevo destino no garantiza su permanencia, y la conectividad aérea no se sostiene con discursos mediáticos, sino con una estrategia clara y sostenida de promoción, competitividad y ocupación.
La verdadera gestión no termina con el corte de listón. Implica asegurar que esta nueva conexión sea rentable, útil para el sector empresarial, atractiva para el turismo y accesible para los ciudadanos. Para eso, se requiere trabajo coordinado, no protagonismos.
El vuelo a Atlanta debería ser un símbolo de progreso, no de pleito. San Luis Potosí necesita una visión compartida, no una competencia de egos. Ojalá que nuestros líderes lo entiendan antes de que, como otros proyectos, esta oportunidad también se nos escape de las manos.
Cavilaciones:
Primera: Presidentes municipales de la Zona Huasteca están pensando en solicitar créditos especiales para atender las necesidades urgentes de sus municipios porque no pueden hacer nada. Viven con precariedad debido a que no han recibido recursos del Ramo 33 en todo lo que va del año. Ni cómo ayudarles ¡Miau!
Segunda: Los magistrados electos ofrecieron, ayer, una rueda de prensa para mostrar una línea de trabajo con los poderes Ejecutivo y Legislativo y para intentar dar certeza a los trabajadores. Los nuevos integrantes del Supremo Tribunal de Justicia aún no reciben sus constancias de mayoría, posiblemente se las entreguen el 15 de junio, pues se sabe que viene la segunda revisión de requisitos de elegibilidad y, finalmente, en septiembre, tomarán posesión de sus cargos. Obviamente, habrá una comisión de entrega-recepción para dar certeza al relevo, pero esa es otra historia ¡Grrrr!
Tercera: El martes, en la zona de El Huizache, se reportó el robo con violencia de una camioneta. En ese lugar de la Carretera 57, tramo San Luis-Matehuala, otra vez andan los delincuentes asaltando. En el sitio, hay una base de la Guardia Nacional, pero como si no existiera.
