El jugo de naranja, una de las bebidas más populares en el mundo, no solo destaca por su sabor refrescante, sino también por su alto valor nutricional. Diversos estudios coinciden en que su consumo regular preferentemente natural y sin azúcar añadida aporta importantes beneficios para la salud.
Uno de los principales atributos del jugo de naranja es su elevado contenido de vitamina C, esencial para fortalecer el sistema inmunológico y combatir infecciones. Una sola porción de 250 ml puede cubrir hasta el 100% de la dosis diaria recomendada de esta vitamina.
Además, contiene antioxidantes como los flavonoides y el betacaroteno, que ayudan a combatir el envejecimiento celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. También se ha observado que facilita la absorción del hierro, lo que lo convierte en un buen complemento en dietas que buscan prevenir o combatir la anemia.
Por otro lado, hay evidencia que sugiere que el consumo moderado de jugo de naranja puede contribuir a disminuir los niveles de colesterol LDL (el “malo”) y a mejorar la presión arterial, lo que lo vuelve favorable para la salud cardiovascular.
Sin embargo, los especialistas recomiendan tomarlo con moderación, ya que pese a sus propiedades, contiene azúcares naturales que, en exceso, pueden afectar los niveles de glucosa en personas con diabetes o riesgo de padecerla.
En resumen, el jugo de naranja es mucho más que una bebida para el desayuno: es una fuente natural de salud, siempre que se consuma de forma equilibrada y preferiblemente recién exprimido.
