En la célebre novela de Oscar Wilde, Salomé; el personaje de Herodes hace alusión a un fenómeno astronómico: ¡Ah, mira la Luna! Se ha vuelto roja. Se ha vuelto roja como la sangre. ¡Ah!, el profeta profetizó bien. Profetizó que la Luna se tornaría roja como la sangre.
El próximo 20 de enero del presente, sucederán tres fenómenos al mismo tiempo, eclipse total de luna, superluna y una luna de sangre: que se observará en todo en el continente americano. El Observatorio Astronómico Nacional, informa que iniciará a las 21:35 horas, para llegar al máximo a las 23:12 y finalizar el día 21, a las 00:49 (hora del centro de México).
Los eclipses de Luna, se originan cuando nuestro satélite natural, logra entrar en la sombra proyectada por planeta Tierra, consecuencia de la luz solar. Dicha intromisión, no es frecuente, debido a que la Luna en su camino cotidiano en torno al planeta Tierra, sortea el cono de sombra por unos 32,200 km. Sin embargo, cada cierto tiempo, es posible que la Luna se escabulla dentro del cono y es en ese momento, cuando se produce el fenómeno.
En otras palabras, ocurre cuando dos cuerpos celestes están perfectamente alineados. En este caso la Tierra pasa directamente entre la Luna y el Sol, es decir, la Tierra se proyecta sobre la Luna y genera una sombra.
Para que se consiga dar un eclipse de luna, es necesario que se presenten dos condiciones:
Primero: la Luna debe de estar llena y, tanto la Luna, la Tierra y el Sol, deben de estar alineados.
Segundo: la Luna debe de coincidir con un plano por donde orbitan los planetas, llamado Eclíptica.
La eclíptica, se puede apreciar, vista desde la superficie de Tierra, ya que es el mismo camino que recorre el Sol, desde el amanecer al crepúsculo. Para un prospecto de aficionado a la astronomía, es una de las técnicas básicas para ir empezando a localizar los planetas.
