
El presidente ruso, Vladímir Putin, lanzó un desafío directo a Estados Unidos, proponiendo un «duelo» entre los sistemas de defensa antimisiles occidentales y los nuevos misiles hipersónicos rusos, con Kiev como escenario. Durante su conferencia de prensa anual, Putin sugirió que Ucrania podría ser el lugar donde se prueben estos sistemas, invitando a Estados Unidos a concentrar sus sistemas antiaéreos y antimisiles en la capital ucraniana. «Nosotros atacaremos con el misil Oréshnik, y veremos qué pasa», afirmó.
El Oréshnik, lanzado por primera vez en noviembre de 2024, tiene un alcance de hasta 5,500 kilómetros, y según Putin, sus ojivas se separan rápidamente, lo que hace imposible su interceptación. «En pocos segundos ya perdieron el tren», dijo, destacando que los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos, que Rusia considera costosos e ineficaces, no podrían detener estos misiles.
Putin también criticó las baterías antimisiles de la OTAN desplegadas en Rumanía y Polonia, señalando que, a pesar de su alcance de 1,000 kilómetros, no serían capaces de interceptar los misiles rusos lanzados desde más de 2,000 kilómetros de distancia. Además, destacó que el nuevo armamento hipersónico de Rusia hace innecesario el uso de armas nucleares, dado su poder y efectividad.
Este desafío se produce en medio de las tensiones entre Rusia y Occidente, especialmente por el conflicto en Ucrania, y refleja el avance de Rusia en el desarrollo de armamento militar de alta tecnología.
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