Arte (destacadas)ARTE, OCIO Y MODA

Don Vicente Bañuelos, creador del «pabellón y las “chamoyadas”

Nació en Tlaletla municipio de Xilitla, S.L.P. el 5 de abril de 1930, hijo de Jovita Guerrero Solano y Timoteo Bañuelos Castillo.

Desde temprana edad deja a su familia para trasladarse a Tampamolón Corona, municipio de S.L.P. en busca de trabajo, después se traslada al municipio de Axtla, donde es contratado para trabajar en el cine, por situaciones desconocidas el cine cierra sus puertas entonces decide trasladarse al Limón Tamaulipas, donde consigue empleo en una tienda y después como vendedor ambulante.

En 1962 llega a Ciudad Valles, donde se dedica al corte de caña para la elaboración de piloncillo, al iniciarse la construcción del ingenio Plan de Ayala, es contratado como ayudante de obrero, pero al finalizar la construcción no pudo ingresar a la plantilla laboral, debido a que no contaba con estudios.

En Ciudad Valles conoció a la que fue su esposa; Bernardina García Arellano, procrearon 9 hijos: Magdaleno (+) Martha, Maximina, Mauro, Marcos, Mateo, Susana, Lourdes y Jesús, vivieron durante muchos años en la Col. Cerillera.

A su llegada a Ciudad Valles como buen comerciante empezó con la venta de frituras, todos los días recorría la zona de los mercados, así como algunas colonias de la ciudad.

Un día pasó por la Escuela Primaria Vicente Guerrero, donde se encontró con el señor Matías Pérez vendedor de raspas, quien lo invito a la venta de raspados en las afueras de las escuelas, le dijo: la mayor parte del año hace mucho calor en esta Ciudad, es un excelente negocio la venta de los raspados, además se ofreció ayudarle en la construcción de su propio carretón.

Don Vicente elaboraba sus propios jarabes, sus favoritos; fresa, vainilla y tamarindo, este último era el más solicitado, en ese tiempo el costo del raspado era de veinte centavos, vendiendo dos barras diarias.

Por más de treinta años su ruta fue: de la colonia Cerillera al centro de la ciudad, pasando por las escuelas Manuel José Othón, Salvador Varela, Escuela para Trabajadores y Constituyentes.

Un día recordó que su amigo Matías hacia unas paletas de hielo raspado ayudado de un vaso, se puso a elaborarlos, pero decidió ponerle de tres sabores, esto lo hizo más atractivo al raspado, por lo que decidió, que se llamaría “pabellón”

Siempre le gustó innovar en sus raspados, a uno de ellos le agregó pulpa de tamarindo, chile y limón, convirtiéndose en el preferido de los niños, quienes los bautizaron como los” diablitos” más tarde la gente le puso “chamoyadas”

En la temporada de invierno, elaboraba pulpa de tamarindo, cajeta, dulces de cacahuate, ajonjolí, y coco.

En 1994 sufre una grave enfermedad cardiaca, que lo obliga a realizarse una cirugía a corazón abierto en la Ciudad de México, por recomendación médica debe evitar trabajar, por lo que decide abandonar el negocio que le dio grandes satisfacciones, porque gracias a sus “raspados” logró darles una profesión a sus hijos. Debido a complicaciones de su enfermedad fallece el 21 de julio de 2013.

Información: Profesor Crescencio Martínez Candelario. Cronista municipal

Botón volver arriba