La lluvia de estrellas Oriónidas, originada por el cometa Halley, uno de los cometas más icónicos de la historia que se vislumbra cada 76 años, ofrecerá un espectáculo fascinante en el cielo entre octubre y noviembre. Cada año, durante este periodo, la Tierra atraviesa una región del espacio repleta de escombros desprendidos por el Halley durante sus órbitas alrededor del Sol. Cuando estos fragmentos, conocidos como meteoroides, ingresan a la atmósfera terrestre a gran velocidad, se desintegran, creando los destellos luminosos que conocemos como estrellas fugaces.
El nombre «Oriónidas» proviene de la constelación de Orión, donde se encuentra el radiante, el punto en el cielo del cual parecen surgir los meteoros. Aunque no es una de las lluvias de estrellas más intensas, la velocidad y el brillo de sus meteoros la convierten en una de las más atractivas para la observación. Además, este fenómeno coincide con la luna llena de octubre, apodada «Luna del Cazador».
Según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), la lluvia de meteoros Oriónidas alcanzará su máximo esplendor en la madrugada del lunes 21 de octubre de 2024, permitiendo observar hasta 70 meteoros por hora. Sin embargo, la luz de la luna llena podría dificultar ligeramente su visualización. A pesar de esto, los días previos, especialmente el sábado 19 y el domingo 20 de octubre, ofrecerán oportunidades cercanas al pico de actividad si las condiciones meteorológicas son favorables.
Para disfrutar del espectáculo, se recomienda observarlo durante las horas previas al amanecer, cuando la constelación de Orión esté en su punto más alto en el firmamento. Los expertos sugieren buscar un lugar abierto, libre de obstáculos visuales, y permitir que los ojos se adapten a la oscuridad para captar mejor el fenómeno.
Para maximizar la experiencia, es aconsejable elegir un lugar alejado de la contaminación lumínica y dirigir la mirada hacia la constelación de Orión, evitando la dirección de la Luna en la medida de lo posible. Además, no se recomienda el uso de prismáticos ni telescopios, ya que pueden restringir el campo de visión.