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El último viaje

El último viaje que hacemos los humanos en este mundo es algo insalvable pero desconocido para muchos. La muerte es el destino final de los vivos, de ricos y pobres, de grandes y chicos.

A lo largo de la historia todos queremos saber qué pasa cuando una persona muere, hay quienes creen que poco antes de expirar, el alma, el ser divino que habita en nuestra materia, se desprende y vuelve a su origen en espera de un nuevo cuerpo para habitar.

El temor de ser devorado por los gusanos y la fauna mortuoria, arañas, escorpiones es algo que nadie quiere vivir, pero es lo que todo cadáver procesa hasta que quedan sólo los huesos.

Pero sin vida el cuerpo no siente, no tiene conciencia, el alma se ha desprendido, es solo materia.

En la cultura mexicana el último viaje es todo un rito, el difunto viste sus mejores galas y los dolientes viven su duelo con profundidad y respeto; en algunos casos se construyen ofrendas buscando darle gusto al que se fue.

Es así como en los velorios siempre hay que comer y que beber. El mezcal, el tequila para olvidar la pena, un tamal, un atole y un café. La solidaridad es generosa con los deudos y con los que se van.

Polvo eres y…

Polvo eres y en polvo te convertirás dice la Biblia y cada año, el miércoles de ceniza escuchamos lo mismo pero aquellos que deciden volverse en polvo tienen que pasar a un horno crematorio .

Un flamazo en el estómago y otro en la cabeza dan inicio a la cremación de un cuerpo que es ingresado dentro de una cabina estrecha donde las flamas del horno alcanzan temperaturas de hasta 900 grados.

Dos horas son suficientes para que un cuerpo se reduzca a cenizas y luego, si quedan huesitos, pasan a un molino donde se pulverizan y se mezclan con las cenizas que luego son colocadas en una urna y finalmente entregadas a los deudos para su disposición final según lo haya dispuesto el difundo: se esparcen junto a un árbol, en un río, sobre un bosque.

El paseo final

Puede que en vida una persona no haya tenido un auto jamás, pero su último viaje se realiza en una solemne carroza, hombres vestidos de traje lo conducen a su última misa y finalmente, a su última morada.

Ricos o pobres, grande o chicos, todos los humanos tenemos una última morada. La sociedad ha decidido que se les denomine camposantos o panteones. En la antigüedad los muertos se sepultaban en los traspatios de las casas.

Una carroza es el emblema que anuncia a los vivos el último viaje de un ser humano, los dolientes la siguen con respeto y solemnidad.

Por dentro es acolchonada, blanca, elegante, por fuera, siempre luce limpia y brillante porque el honor al que se va es infito.

El último Adiós

En la despedida final, el féretro es colocado sobre fuertes lazos y lo descienden lentamente, los vivos lanzan flores y un puño de tierra con el deseo de que su viaje al otro mundo sea un hasta luego.

A continuación el video completo de El último viaje.

Seguiremos informando.

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