
Incluir un vaso de jugo de naranja recién exprimido en el desayuno es una de las costumbres más extendidas y recomendadas para iniciar el día con energía, pero ¿Por qué es un alimento ideal para tener en cuenta por las mañanas?
Su principal atractivo reside en su extraordinario aporte de vitamina C, un antioxidante fundamental que no solo fortalece el sistema inmunológico frente a resfriados, sino que también favorece la absorción del hierro presente en otros alimentos y estimula la producción de colágeno.

Al ser una fuente natural de hidratación y azúcares simples, proporciona un impulso de vitalidad inmediato que ayuda a despertar el organismo tras las horas de ayuno nocturno.
Más allá de las defensas, el jugo de naranja contiene una variedad de flavonoides y fitonutrientes que contribuyen a la salud cardiovascular y ayudan a reducir la inflamación. Estudios nutricionales sugieren que el consumo moderado de esta bebida puede mejorar la función digestiva gracias a sus ácidos cítricos, los cuales actúan como agentes purificadores en el tracto gastrointestinal.
Además, la presencia de folatos y potasio lo convierte en un complemento ideal para mantener la presión arterial bajo control y favorecer el correcto funcionamiento muscular y nervioso durante las actividades matutinas.
