
Ciudad Valles, S.L.P.- Las constantes fugas y colapsos en la línea principal del sistema de agua potable exhiben el abandono y la falta de visión de las últimas administraciones en la Dirección de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (DAPA), que ni entregaron proyectos ni gestionaron recursos para modernizar la red hidráulica de Ciudad Valles.
Desde hace casi una década, la historia se repite. Pasó Edgardo González Ordaz sin pena ni gloria; Marco Antonio Guillén dejó una huelga de casi dos años; Francisco Gómez Faisal prefirió pelear con la Junta de Gobierno y el Cabildo que resolver problemas reales; y Alfredo Zúñiga Hervert, que prometía por su experiencia en INTERAPAS, tampoco ha dado resultados. Todos con el mismo pretexto: “no hay recursos suficientes”, “son proyectos muy costosos”.
Las excusas también se heredan. La ciudadanía sigue preguntando por qué hay tantas fugas, por qué no se previenen, por qué no hay soluciones de fondo. Y la respuesta institucional no varía: “no hay dinero”, “ya hay proyectos, pero están guardados por falta de presupuesto estatal o federal”. La salida fácil: el discurso aprendido de memoria para esquivar el problema.
Este fin de semana, DAPA había programado un corte en la línea central para reparaciones… justo en pleno puente laboral, con hoteles llenos y la ciudad abarrotada de turistas. Solo cuando el reclamo creció, rectificaron y reagendaron para el miércoles 7 de mayo. El corte afectará a por lo menos 15 sectores de la ciudad, donde hay desde guarderías hasta preparatorias, zonas de restaurantes, mercados y hospedaje.
La pregunta que flota en el aire es sencilla: ¿por qué no hay gestión real? ¿Por qué, si el Estado no da, no se busca directamente a la federación? Parece que hay miedo de saltarse a la CEA y buscar a CONAGUA para entregar proyectos que resuelvan el problema de raíz y dejen de estar parchando fugas, que revientan un día sí y otro también.
Los vallenses pagan un servicio caro, con más de diez reportes diarios de fugas, drenajes colapsados, tomas clandestinas y tuberías rotas. El colapso ya no es técnico, es institucional. Mientras tanto, la nómina de DAPA sigue creciendo. Para sueldos y nuevos empleados sí hay dinero… para agua, no.
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