
Desde su lanzamiento en 2017, Cuphead se ha consolidado como uno de los videojuegos más singulares de la última década. Creado por el estudio independiente MDHR, su atractivo principal radica en un estilo artístico inspirado en la animación clásica de los años 30, con gráficos dibujados a mano y música de jazz que evocan la época dorada de las caricaturas.
Más allá de su estética, el título ganó notoriedad por su exigente nivel de dificultad. Cada partida representa un verdadero reto, ya que el juego se centra en enfrentamientos contra jefes con patrones complejos y cambios constantes, lo que lo convierte en una experiencia para jugadores que disfrutan superar pruebas extremas.
El éxito de Cuphead ha derivado en expansiones, como The Delicious Last Course, que añadió nuevos personajes y escenarios, ampliando el universo del juego. Además, su popularidad trascendió al ámbito televisivo con la serie animada producida por Netflix, la cual ha permitido que más personas descubran la historia de sus protagonistas.
Con una estética única y un nivel de dificultad que ha marcado a toda una generación de jugadores, Cuphead se mantiene como un fenómeno cultural dentro del mundo del entretenimiento digital, confirmando que la combinación de nostalgia y desafío sigue conquistando al público.