
La etapa de dentición en los bebés es un proceso natural que suele comenzar entre los 4 y 7 meses de edad, aunque puede variar en cada niño. Este periodo marca el inicio del crecimiento de los primeros dientes, conocidos como dientes de leche, y puede traer consigo diversas molestias que afectan tanto al bebé como a sus cuidadores.
Durante esta fase, es común que los bebés presenten síntomas como irritabilidad, llanto frecuente, salivación excesiva, inflamación de encías, pérdida del apetito e incluso dificultad para dormir. En algunos casos, pueden presentar fiebre leve o diarrea, aunque los especialistas advierten que estos últimos síntomas no siempre están directamente relacionados con la dentición.
Para aliviar las molestias, los pediatras recomiendan ofrecer al bebé mordederas frías —pero no congeladas—, ya que la baja temperatura ayuda a desinflamar las encías. También es importante mantener al bebé seco, limpiando constantemente el exceso de saliva para evitar irritaciones en la piel.
El masaje suave en las encías con un dedo limpio o una gasa húmeda puede brindar alivio. En algunos casos, el médico podría autorizar el uso de geles o medicamentos específicos, aunque no se recomienda automedicar sin supervisión profesional.
Durante esta etapa, es fundamental ofrecer cariño, paciencia y acompañamiento constante, ya que los cambios en el estado de ánimo del bebé son frecuentes debido a las molestias. Además, se sugiere comenzar una adecuada higiene bucal incluso antes de que los dientes salgan por completo, usando una gasa o cepillo especial para bebés.
La dentición es una etapa temporal que forma parte del desarrollo normal, y aunque puede ser desafiante, con cuidados adecuados se puede transitar de manera más tranquila, protegiendo el bienestar del bebé y fortaleciendo el vínculo con sus cuidadores.