La tasa de niños y adolescentes con presión arterial alta en el mundo prácticamente se duplicó en las últimas dos décadas, de acuerdo con un informe publicado el 12 de noviembre en The Lancet Child & Adolescent Health. En el año 2000, alrededor del 3% de los menores de 19 años presentaban hipertensión; para 2020, la cifra subió a más del 6%, revelan los investigadores.
El estudio identifica a la obesidad como uno de los principales detonantes del incremento: mientras el 19% de los menores con obesidad tienen presión arterial alta, menos del 3% de quienes tienen un peso saludable presentan este problema.
“El aumento de casi el doble en la hipertensión infantil a lo largo de 20 años debería hacer sonar las alarmas de los proveedores de atención de la salud y los cuidadores”, advirtió el investigador principal, Igor Rudan, director del Centro de Investigación de Salud Global del Instituto Usher de la Universidad de Edimburgo.
Los especialistas alertan que los niños con presión elevada tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas y renales durante la vida adulta. Sin embargo, también señalan que el problema puede abordarse a tiempo. “La buena noticia es que podemos tomar medidas ahora, como mejorar los esfuerzos de detección y prevención, para controlar la hipertensión en los niños y reducir riesgos de salud futuros”, añadió Rudan.
El trabajo analizó información de 96 estudios, incluidos 83 con mediciones de presión arterial realizadas en consultorio a casi 444 mil niños y adolescentes. Con base en estos datos, los expertos estiman que hasta 114 millones de jóvenes en el mundo viven con hipertensión.
El reporte también advierte que más del 9% de los menores podría tener “hipertensión enmascarada”, una condición que solo se detecta con mediciones fuera del consultorio, lo que permitiría que pase inadvertida durante revisiones médicas de rutina.