 
Autoridades de salud en diversas regiones del país ya han emitido una alerta epidemiológica ante el reciente aumento de casos del virus Coxsackie, conocido popularmente como la Enfermedad de Boca-Mano-Pie debido a sus diferentes manifestaciones.
Este virus, altamente contagioso, afecta principalmente a menores de diez años, propagándose con facilidad en entornos cerrados como guarderías y escuelas. Como medida preventiva, se ha reportado la suspensión de clases y eventos masivos en algunas regiones del país como celebraciones del Día de Muertos en municipios afectados.

El Coxsackie se transmite a través de secreciones respiratorias (tos, estornudos), la saliva, el líquido de las ampollas y, de forma principal, por la vía fecal-oral, lo que incluye el contacto con superficies y objetos contaminados, como juguetes y utensilios.
Los síntomas iniciales aparecen entre tres y cinco días después del contagio y suelen incluir fiebre alta, dolor de garganta y malestar general. Posteriormente, el signo más característico es el sarpullido rojo que puede convertirse en llagas y ampollas dolorosas en las palmas de las manos, las plantas de los pies y, de manera notable, en la boca, encías y paladar, lo que dificulta la ingesta de alimentos y líquidos.

Ante la ausencia de una vacuna o un tratamiento antiviral específico, el manejo de la infección se centra en aliviar los síntomas con analgésicos para controlar la fiebre y el dolor, además de asegurar una hidratación adecuada. Para prevenirlo, las autoridades sanitarias insisten en la importancia de reforzar las medidas de higiene, como el lavado frecuente y correcto de manos.
 
 
				 
					 
 
 
					 
 
 
 

 
