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Marco Uribe retrasa seis meses obras en el Puente Pemex

A pesar de que prometió una y otra vez que las obras del Puente Pemex y del bulevar Rocha Cordero-Españita-Industrias-Carretera 57 se estarían terminando antes de que concluyera el 2020, de la noche a la mañana, el director de Obras Públicas del Ayuntamiento de San Luis Potosí, Marco Antonio Uribe Ávila, informó que ahora existe un retraso se hasta seis meses en este proyecto.

La obra del Puente Pemex, iniciada con retrasos gracias a la inoperancia de las autoridades municipales y a su poca capacidad de gestión para generar acuerdos con empresas como Kansas City y la propia Comisión Federal de Electricidad, se arrancó en medio de la pandemia en medio de críticas y rechazos ciudadanos que consideraban que, en ese momento, había temas más importantes que la construcción amañada de un puente.

En su momento, Xavier Nava, como presidente municipal, se comprometió a darle seguimiento a la obra para que se concluyera en los tiempos establecidos. Marco Uribe hizo lo propio asegurando que habría una vigilancia permanente para solucionar los problemas que se pudieran presentar. En forma constante, por medio de boletines, presumieron los avances y se jactaron de ser la mejor administración, los mejores constructores, los mejores gestores y blablabá.

Ahora, a escasas semanas de que se termine el plazo que ellos mimos estipularon, el director de Obras Públicas sale con el rabo entre las patas a decir que, por cuestiones atribuidas a la CFE, la obra en el Puente Pemex tiene un retraso que podría prolongarse hasta el próximo mes de abril, si bien le va a San Luis Potosí, sin embargo, diversas versiones coinciden en señalar que el problema no radica en la CFE, sino en el descuido que tuvo Marco Uribe al abandonar por completo el proyecto para buscar patrocinios forzados, por medio de moches y cuotas obligatorias en perjuicio de varios constructores con la excusa de que esos recursos se aplicarían a la campaña de Xavier Nava.

La obra del Puente Pemex combina recursos estatales y federales y, al igual que otros proyectos del Ayuntamiento capitalino, enfrenta severas acusaciones por nepotismo, tráfico de influencias y hasta corrupción, toda vez que Maro Uribe habría entregado la licitación de esta obra a su expatrón, Tirzo González, de la constructora Concrecer. 

Seguiremos informando. 

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