
CDMX, México.- En el corazón de la Huasteca potosina, el municipio de Tamuín resguarda una de las piezas más representativas del arte prehispánico huasteco: el Niño de Tamuín. Esta escultura de piedra, tallada con delicadeza y simbolismo, destaca por su expresividad y por los detalles que retratan la complejidad cultural de los pueblos que habitaron la región hace siglos.
La figura, que representa a un infante con atributos ceremoniales, ha sido interpretada como una posible deidad infantil o un personaje de alto rango, y es considerada una obra maestra del arte huasteco por su realismo y carga simbólica. Descubierta en una zona arqueológica cercana al sitio El Consuelo, el Niño de Tamuín es hoy un orgullo del patrimonio potosino y un testimonio silencioso de la riqueza espiritual, artística y social de las antiguas culturas de la Huasteca.
Esta escultura se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Antropología en Ciudad de México, aunque su origen sigue siendo motivo de orgullo y referencia cultural para los habitantes de San Luis Potosí.
Seguiremos informando.