En los rincones húmedos de América Central y del Sur habita una de las criaturas más fascinantes del reino animal: la Greta oto, mejor conocida como la mariposa alas de cristal. Este delicado insecto ha capturado la atención de científicos y naturalistas por una razón sorprendente: sus alas son prácticamente transparentes.
A diferencia de otras mariposas que deslumbran por sus colores vivos, la Greta oto destaca por su invisibilidad. Esta característica no se debe a la ausencia de pigmento, sino a una compleja estructura microscópica en sus alas que elimina casi por completo la reflexión de la luz, esto permite que se mezcle con el entorno de manera casi mágica.
Este camuflaje natural le ofrece una ventaja evolutiva clave: pasar desapercibida frente a depredadores como aves y reptiles, lo que aumenta sus posibilidades de supervivencia. Para los biólogos, representa un ejemplo excepcional de evolución estructural, una forma de adaptación que no depende del color, sino de la forma en que la superficie interactúa con la luz.
Su existencia plantea nuevas preguntas sobre el desarrollo de materiales inspirados en la biología y refuerza el valor de conservar los ecosistemas donde especies como esta prosperan en silencio.
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