
A poco más de seis meses de iniciadas las nuevas administraciones municipales, la LXII Legislatura del Congreso del Estado y justo a la mitad del gobierno estatal, los ciudadanos ya sabemos de qué lado masca la iguana.
Con tristeza nos damos cuenta que el gobierno que prometió romper el silencio está enfrascado en un limbo electorero del que no puede escapar. El alcalde está peleado con el pasado y, cuál Quijote, pelea con molinos de viento a los que sueña un día derrotar, sin embargo el tiempo no perdona y sus sueños del 2021 se caen a pedazos.
Con impotencia los ciudadanos de Rioverde gritan a su alcalde para que recupere el mando, sin embargo Ramón entregó el gobierno a su jefe policiaco que ha formado bandas delictivas que tienen asolada a la población.
En el municipio más rico de San Luis Potosí, la administración municipal y los negocios están entregados al novio de la alcaldesa, dejando en total indefensión a ciudadanos y empresarios que deben pagar las mordidas a don Téllez, como le dicen ahora sus empleados, quienes desconocen qué hasta hace unos años él era el empleado.
En la Huasteca saben quién está dirigiendo la banda huachicol, está en Ébano, saben también que el papá de una alcaldesa lidera una banda de secuestradores y extorsionadores.
Hablando de extorsionadores todo mundo sabe ya del esposo de una diputada que por sus pistolas quiere que le entreguen la obre de construcción de un hospital en la zona Media.
Sobre los legisladores, ya nada se espera. Salvo contadas excepciones, el resto aprendió rápido el arte de la corrupción. Los más tontos vendieron su voto por cubetas de pintura o títulos del Colegio de San Luis, los más intrépidos quieren puestos en la administración estatal o municipal, depende el caso.
Casos de éxito, al momento, son los de Jano Segovia o Adrián Esper en Matehuala y Valles, respectivamente, donde los ciudadanos siguen respaldado a sus alcaldes. Matehuala es una ciudad limpia con visión y En Valles ya se preparan proyectos de futuro, como el nuevo aeropuerto.
Los políticos son tercos, no les gustan los cambios, por lo que sin lugar a dudas, lo que resta del trienio seguirá como hasta ahora.
Hasta la próxima.