
Con la llegada de lluvias o cambios de estación, muchas familias enfrentan un problema recurrente: la aparición de plagas en el hogar. Desde insectos como cucarachas y hormigas, hasta roedores y alacranes, estos invasores pueden afectar la salud y la tranquilidad dentro del hogar si no se toman las medidas necesarias para prevenirlos.
Los expertos en control de plagas coinciden en que la prevención comienza con la limpieza. La acumulación de restos de comida, basura sin cerrar y humedad constante son factores que atraen a muchos tipos de plagas. Por ello, es fundamental mantener pisos, superficies y rincones limpios, especialmente en la cocina y el baño.
Otro aspecto clave es sellar adecuadamente los accesos a la vivienda. Grietas en paredes, ventanas mal cerradas o tuberías sin protección son entradas fáciles para roedores e insectos. Usar mallas, burletes y selladores puede marcar una gran diferencia.
Además, se recomienda revisar áreas oscuras y húmedas como sótanos, closets, bodegas y patios, pues son sitios donde suelen esconderse estos animales. Ventilar y mantener seco el ambiente ayuda a reducir su proliferación.
En cuanto a soluciones específicas, hay remedios naturales como el vinagre, el bicarbonato de sodio o el laurel, que pueden repeler algunas plagas menores. Sin embargo, cuando la presencia de insectos o animales es constante o se detectan nidos, lo más adecuado es contactar a un servicio profesional de fumigación.
La prevención de plagas no solo tiene que ver con comodidad: muchas de ellas pueden transmitir enfermedades, contaminar alimentos o provocar reacciones alérgicas. Por eso, adoptar hábitos de higiene y protección en casa es una inversión en salud y bienestar para toda la familia.