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Es tiempo de ser valientes

Esta lucha la empecé única y exclusivamente por no permitir se me arrebatara el derecho ciudadano de no ser violentada por mandos municipales, muchas veces pensé en dimitir, pero decidí seguir, cuando me di cuenta que esta la lucha ya no me pertenecía, que no estaba sola, que ahora era una lucha colectiva por no permitir nunca más abusos, tortura, privaciones ilegales o detenciones arbitrarias por parte de ninguna autoridad.

Estos bretes nos han servido para darnos una lección de humildad a todos, a mí en particular me enseñó a regocijarme en mis debilidades, en los insultos, en las privaciones, persecuciones y dificultades que se sufren por hacer lo correcto, se me dejo al escarnio de la opinión pública sin el poder político ni económico de mis contrincantes.

Esta sin duda fue una pelea que se dio entre desiguales, sin embargo nunca se me dejo sola, la primera en acudir a mi llamado fue mi madre la  licenciada María Concepción Hernández de León, gracias mamá, por darme tu ejemplo, tu valor, y apoyo incondicional, gracias a mis hijos Fernanda y Daniel, seres humanos llenos de nobleza, hijos deseo que graben en su recuerdo este momento, que lo atesoren como lo más valioso que les puedo dejar de herencia.

Pero no quiero perder la importancia de este acontecimiento que sin duda trasciende y sobrepasa a la importancia de su servidora.

Ya que quedará registrado como un precedente histórico, al ser el primer evento de Disculpas Públicas realizado para que una autoridad se disculpe y se responsabilice por el daño causado a raíz de un mal actuar ordenado.

En estos momentos de convulsión y decadencia no puede ser coincidencia que esta primera disculpa pública sea por violencia política de género.

Lo cuál debe ser un triunfo para todas las mujeres, para todas las servidoras públicas, las que son y para las que un día serán.

Si bien es cierto que una disculpa pública no resuelve lo que ocurrió, si ayuda para que todos entendamos que la autoridad no puede hacer lo que le venga en gana, que la autoridad no tiene derecho a pasar sobre nadie.

La realidad es que tenemos esbirros de representantes populares que creen tener el poder de violar y resquebrajar al resto de los hombres,

Ciudadanos esta disculpa representa que tenemos la facultad de no dejarnos, que tenemos derecho a utilizar todos los medios a nuestra disposición para defendernos.

Resalto todos los medios porque es comprender, que lamentablemente estas luchas no se ganan utilizando solamente la ley.

Se ganan utilizando el valor, la perseverancia, el conocimiento, la solidaridad, pero sobretodo la VERDAD y la DIGNIDAD.

Hoy me doy cuenta que no me enfrente a una persona en específico, sino que juntos nos enfrentamos a su poder, a su soberbia, a su ignorancia, a su indiferencia, a sus incondicionales. Con esto en mente el gobernante que ha violado a sus gobernados necesita donar su completa apertura, porque le doy una noticia; la pena como justicia nunca alcanza, no compensa, no suaviza.

Autoridades, ciudadanos, debemos estar claros que no se le puede liberar a la víctima con una aceptación y ofrecimiento de disculpas públicas, pero si pueden ser los cimientos para la construcción de una memoria colectiva que le reconozca a todo el gobernado el derecho a no olvidar.

He escuchado opiniones respecto a que una disculpa pública no es nada para reparar la afrenta sufrida, la realidad es que ningún ciudadano verá redimida su vida, pero el que exista sanción, y los responsables la afronten le da un sentido a la violación.

Secretario debe estar consiente que esta disculpa jamás servirá para lograr una reparación, pero la acepto porque también sé que lo que no se juzga y se condena se repite.

Creemos que, con un perdón, la violación termina, y vemos gobernantes pidiendo perdón a nombre de otros gobernantes, para poder cerrar la grieta y proseguir.

Nos dicen que perdonar es para vivir mejor con nosotros mismos, pero yo les digo: Justicia y Perdón, no es lo mismo, porque para que sea posible el perdón debe de haber justicia primero.

Una sociedad reconciliada no puede ser la mejor sociedad, porque los que reconcilian siempre lo hacen imponiéndose sobre los reconciliados, mientras la justicia viva en la consecuencia y no en los actos nunca será justicia.

Es por esto, que al ser la primera disculpa pública en San Luis Potosí, y ser un tema tan nuevo en México, se debe dejar claro que perdón no es amnistía, que la disculpa pública no significa la resignación y olvido de la víctima, sino que significa la aceptación de la responsabilidad por parte de la autoridad.

La importancia de la disculpa pública radica en que es el primer paso que nos dará la certeza de que habrá justicia porque hay la aceptación del hecho violatorio por parte del responsable.

Es por esto que el día de hoy agradezco la muestra de humildad y responsabilidad de parte del Ayuntamiento Capitalino, y acepto esta disculpa pública por parte del presidente Municipal Xavier Nava Palacios por medio de su Secretario del Ayuntamiento Sebastián Pérez García, entiendo que esta es una disculpa institucional, por lo que también acepto la disculpa pública del Comisario Edgar Jiménez Arcadia, de la Coordinadora Municipal de Derechos Humanos Olga Palacios y de la Directora de Normatividad Sonia Nájera.

Para concluir solo quiero decir, esta época demanda mujeres que alcen la voz, mujeres que no vuelvan a callar, demanda hombres que no se conformen, gobernados que no se dobleguen.

Es posible exigir un gobierno que tenga vergüenza.

Potosinas, potosinos, Es tiempo de ser valientes.

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