
La Clínica 10 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Matehuala se encuentra en el ojo del huracán ante la falta de atención médica, personal y equipo especializado. Derechohabientes y pacientes denuncian retrasos prolongados, escasez de insumos y la imposibilidad de acceder a estudios básicos.
Uno de los casos más graves ocurrió con un joven que acudió a urgencias por una lesión en un dedo y fue ignorado durante varios minutos, pese a que sangraba visiblemente. Testigos y familiares denunciaron que la falta de respuesta del personal médico pudo haber agravado su estado. Al solicitar una radiografía para evaluar la gravedad, el personal aseguró que no había servicio disponible, aunque otros pacientes sí recibieron estudios similares el mismo día, lo que generó confusión y enojo entre los presentes.
Otro testimonio reveló la insensibilidad y la burocracia que enfrentan los derechohabientes: “Tuve que discutir casi con el director para que me autorizaran una radiografía para un dedo de mi hijo. Estuvo más de 13 días sin atención adecuada”, relató una ciudadana. Otros pacientes denunciaron que la clínica parece operar con el fin de obligar a acudir a servicios privados, pese a estar cubiertos por el IMSS, obligando a las familias a asumir gastos que deberían ser responsabilidad de la institución.
La problemática se extiende a otros servicios básico, hace dos años, una madre no pudo realizar una radiografía ni un electrocardiograma para su hijo y tuvo que viajar a la capital potosina, pagando traslado y estudios de su propio bolsillo. Otra paciente relató que, estando hospitalizada, necesitaba un ultrasonido urgente, pero le informaron que no había personal disponible porque estaba de vacaciones, obligándola a pagar nuevamente por un servicio que debería ser gratuito para derechohabientes.
Los testimonios reflejan una tendencia preocupante, la falta de personal capacitado, la escasez de equipo y la demora en la atención están afectando gravemente la salud y el bienestar de los habitantes de Matehuala. La población señala que estas deficiencias no solo retrasan tratamientos, sino que representan un gasto adicional y ponen en riesgo la vida de quienes requieren atención inmediata.
Los usuarios del IMSS exigen respuestas y responsabilizan a la administración de la Clínica 10 por su negligencia, señalando que la falta de protocolos claros y de sensibilidad del personal médico evidencia un sistema desorganizado y poco comprometido con los derechohabientes.