Las semillas de chía, conocidas por su tamaño diminuto pero alto valor nutricional, se han convertido en un componente esencial dentro de una alimentación saludable. Más allá de ser una moda pasajera, su popularidad se ha consolidado gracias a diversos estudios que respaldan sus beneficios para la salud.
Estas semillas, originarias de Mesoamérica, destacan por su riqueza en ácidos grasos omega-3, fibra, proteínas, antioxidantes y minerales como calcio, magnesio y fósforo. Su inclusión regular en la dieta ha demostrado tener un impacto positivo en la salud cardiovascular y metabólica.
Un análisis publicado por la revista Women’s Health evaluó los resultados de 14 ensayos clínicos en los que participaron 835 personas. Los hallazgos revelaron que el consumo de semillas de chía contribuye significativamente a la reducción del colesterol LDL (conocido como colesterol “malo”) y de los niveles de triglicéridos, ambos factores clave en la prevención de enfermedades del corazón. Asimismo, el estudio señaló que estas semillas también ayudan a regular la presión arterial, lo cual es fundamental para reducir el riesgo de padecer hipertensión.
Los beneficios se observaron en distintos rangos de consumo: desde quienes ingirieron más de 35 gramos diarios, hasta aquellos que optaron por porciones moderadas. Esta variedad demuestra la versatilidad de la chía como suplemento nutricional, adaptable a diferentes estilos de vida y necesidades dietéticas.
